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Crónica:PEKÍN 2008 | Bádminton
Crónica
Texto informativo con interpretación

"Me sabe a oro"

La donostiarra Yoana Martínez arrasa a la australiana Carroll y logra la primera victoria del bádminton español en unos Juegos

Tenía que ser en Pekín, donde al pasear por las calles es fácil ver volar plumas y jugar a niños y ancianos; donde se honró el bádminton hasta el punto de que uno de los portadores de la bandera olímpica en la ceremonia de inauguración fue Li Lingwei, trece veces campeona del mundo; donde nació Fu Haifeng, un tipo que el 3 de junio de 2005 mandó el volante a una velocidad, probada, de 332 kilómetros por hora, récord de velocidad de cualquier deporte que se juegue con raqueta. Sí, fue ayer y en el pabellón de la Universidad Técnica de Pekín, a media hora de autopista de la Villa Olímpica, justo cuando se pasa el edificio del IKEA, a la derecha, donde cerca de las nueve y media de la mañana ondearon ikurriñas al viento en honor de Yoana Martínez y del bádminton español.

"He preparado a conciencia el partido y ha salido perfecto. Es lo que buscaba"
"Por lo menos, ha ganado Yoana", dijo Abián, eliminado por el lituano Navickas
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Veintidós minutos históricos le bastaron para vencer a la australiana Erin Carroll y, al mismo tiempo, celebrar un triunfo histórico para el bádminton español, deporte que desde 1992, cuando se incluyó por vez primera en el programa olímpico, contaba los partidos con presencia española por derrotas: cuatro.

Martínez (San Sebastián, 1980), la primera española en ganarse la clasificación para unos Juegos -Esther Sanz y David Serrano jugaron en Barcelona 92 al pertenecer al país anfitrión- arrasó a la australiana Erin Carroll, sobre todo en el primer set (21-9, y 21-16, el segundo). Carroll no tuvo piernas para seguir el volante. Por la tarde, el aragonés Pablo Abián fue eliminado por el lituano Kestutis Navickas, en un partido mucho más igualado (23-21, 12-21 y 21-9). Abián, quinto en el pasado Campeonato de Europa, llegaba a Pekín con la ilusión de ser el primer español en ganar un partido. No pudo ser, porque la donostiarra se le adelantó unas horas antes. Le quedaba el consuelo de ser el primer hombre en lograrlo. Pero tampoco pudo ser. "Por lo menos ha ganado Yoana, y el bádminton español", dijo sonriente, pese a la derrota. Yoana jugaba la pasada madrugada ante la indonesia Maria Kristin Yulianti, que ayer venció a la alemana Juliane Schenk en tres sets (18-21, 21-13 y 22-20).

El viernes Yoana, Pablo y el resto de la delegación española del bádminton vieron juntos la ceremonia de inauguración de los XXVI Juegos Olímpicos de Pekín por la televisión, desde su apartamento en la Villa Olímpica. Yoana ni siquiera la pudo ver acabar. No niega que, al meterse en la cama, le dio vueltas al asunto: "Te deja mal cuerpo, porque es una experiencia única y me la perdí, pero no tenía otro remedio, había que descansar para el partido". Jugaba muy pronto, a las nueve, por eso hace meses adecuó los entrenamientos al horario de la competición. De hecho, lleva tiempo pensando sólo en la australiana, la primera rival que ha tenido en su estreno en una cita olímpica. "He preparado a conciencia el partido, y ha salido perfecto. Tengo justo lo que buscaba". La deportista vasca se entrena entre cinco y seis horas al día en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid, donde vive. Estudiante de INEF, fue precisamente en el colegio Marianista de San Sebastián donde empezó a jugar a bádminton por culpa de unas compañeras de pupitre.

Ayer, tratando de controlar la alegría -"sigo en competición", recordaba tras ver perder a su amigo y compañero Abián-, la raquetista vasca reconocía que para los jugadores de bádminton españoles "haber roto el maleficio, haber ganado el primer partido en unos Juegos es como para otros deportes lograr el oro".

La comparación no es exagerada. En España existen 150 clubes dedicados a este deporte. Y la federación cuenta con 30.000 licencias registradas, de los que 18.000 son hombres y 12.000 mujeres. A eso hay que añadirle un presupuesto de 600.000 euros, uno de los más bajos de entre las federaciones españolas que tienen representación en estos Juegos. Así que la alegría de Yoana estaba justificada.

Hasta ayer por la mañana en Pekín, lo más destacado que se le recuerda a un jugador de bádminton español en unos Juegos era el segundo set que le ganó Sergio Llopis a Nikal Kenetkhar en el partido de 32º de final en Atenas 2004, por 15-13. El tercero lo perdió (15-3) y cayó eliminado.

Yoana Martínez, en su partido contra Erin Carroll.
Yoana Martínez, en su partido contra Erin Carroll.REUTERS

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