Pete Doherty desencadena la histeria en Benicàssim
El niño malo del rock británico está en plena forma
A Pete Doherty no le hace falta decir ni media palabra para que estalle la histeria. Ayer apareció sobre el escenario del FIB Heineken con su sombrero borsalino, traje de Dior y gafas de sol. Se desataron los nervios: volaron los vasos de cerveza, hubo gritos... Y cuando abrió la boca para saludar soltó un extraño "Bonjour, España". Menudo lío. Menos mal que lo arregló con los primeros acordes del Heartbreak Hotel de Elvis. Pero que nadie se asuste que el niño malo del rock británico estaba en buena forma. Esa misma tarde lo habían visto tumbado medio grogui en el hall de su hotel. Para el concierto de ayer ya había recuperado el paso. Y es que cuando Pete quiere -y las drogas se lo permiten- es capaz de enseñar su talento. Su espectáculo de anoche fue decente, a ratos emocionante, pasable en resumen.
Así arrancó ayer definitivamente el Festival Internacional de Benicàssim con todos los motores en marcha. Tras Pete subieron los veteranos del glam punk New York Dolls. Lo de esta mítica banda de los setenta es un chollo. Los neoyorquinos, a sus casi 60 años, están viviendo una segunda resurrección gracias al que fuese en la época el presidente de su club de fans. Que sería un tipo anónimo de no haberse llamado Morrissey y haber liderado años después al grupo The Smiths. Morrissey, que cerrará el festival este domingo, se lleva al clásico grupo punk allá donde va. Éstos por su parte invitaron a... Raimundo Amador. Nadie pudo ayer explicar la conexión entre las Tres mil viviendas (Sevilla) y el Lower East Side.
De pronto sonó María Callas, la introducción habitual de la banda y David Johansen, frente a una nueva generación de jóvenes dio una lección de cómo se las gastaban en los viejos tiempos.
La nueva invasión británica -una mayoría de publico ingles domina el festival- se recuperó rápido de la resaca del la juerga del día, que muchos, el cómico Joaquín Reyes incluido, prolongaron hasta las seis de la mañana. Junto a Baby Shambles y la recuperación de los pioneros del pop alternativo, My Bloody Valentine, otro de los nombres propios del día fue El Guincho, el alias de Pablo Diaz-Reixa. El canario, que gusta de mezclar estilos y colores en su llamado tropicalismo electrónico, fue una pequeña decepción. Ayer los temas de este artista, antes conocido fuera que en España eran bailadas sobre todos por los ingleses. Que la vida son tres días y el FIB dura cuatro.
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