_
_
_
_
Reportaje:Información privilegiada

Desapasionado interés por Aena

Los grupos de infraestructuras exigen mayor concreción para la privatización

Cuando que José Luis Rodríguez Zapatero anunció la privatización de la gestión de Aeropuertos Españoles de Navegación Aérea (Aena), dentro del paquete de medidas liberalizadoras para frenar la crisis económica, el pulso de muchos grupos empresariales se aceleró. Principalmente, el de los conglomerados constructores, que han hecho del sector aéreo uno de los campos elegidos dentro de la diversificación iniciada hace ya varios ejercicios. Luego, visto en frío, exigen mayor concreción para fijar posiciones, aunque reconocen interés. Las cosas están así:

Las empresas vienen reclamando desde hace tiempo que se dé ese paso, y parece que ahora Zapatero ha optado por hacerles el guiño. La idea consiste en separar la navegación aérea de la gestión de los aeropuertos. El control de la navegación aérea seguirá en manos públicas, para lo que se creará una nueva entidad. Para la segunda parte, se dará entrada al capital privado en una nueva sociedad aeroportuaria en la que la mayoría sea de control público (un 70%) y la participación de las comunidades autónomas. La privatización, según la ministra del ramo, Magdalena Álvarez, "servirá para mejorar la eficiencia de los aeropuertos, reduciendo los costes del transporte aéreo y aumentando la calidad de servicio de los usuarios".

Pero la ministra no precisó muchos detalles. Por ejemplo, cuál será el papel de las comunidades autónomas; si el proceso se va a hacer aeropuerto por aeropuerto o si se hará por grupos (es decir, obligar a quedarse con aeropuertos deficitarios junto con los grandes); si la gestión la van a tener los socios privados, la Administración o si la tiene que decidir ésta; incluso, si se está pensando colocar la parte privatizada en Bolsa. Todo parece indicar que el anuncio fue precipitado, y que Álvarez tiene ahora que enfrentarse al asunto con lo que hay.

El asunto, con tales incógnitas, no convence demasiado a los empresarios. Todos coinciden en subrayar que el citado cambio está muy verde como para aventurar cualquier operación. En cualquier caso, en el sector se prevé una bonita batalla. Algunos ya cuentan con experiencias fuera de España, como es el caso de Ferrovial, que gestiona la mayor parte de los aeropuertos británicos, y de Abertis, que lo hace en México, Chile y también algunos británicos (Cardiff y Lutton). Otros, como FCC y Acciona, se han preparado desde hace tiempo, aunque su experiencia aeroportuaria se limita a la gestión de equipajes (handling). Hay otros más, que estudian las posibilidades de incorporarse a la pelea, como Sacyr Vallehermoso y Obrascon, que cuentan con divisiones o filiales de gestión de infraestructuras.

Sobre los dos primeros parece que no existen dudas de que estarán en la puja, aunque el grupo que preside Rafael del Pino se encuentre en plena digestión de la negociación de un préstamo de casi 10.000 millones de euros para refinanciar la deuda de British Airport Authority (BAA), el operador británico de aeropuertos. Mientras, Abertis, a través de su filial TDI, lo contempla con cuidado. La sociedad que comparten La Caixa y ACS gestiona 13 aeropuertos mexicanos con la mayoría estatal. Esa posibilidad es la que más gusta a la empresa que dirige Salvador Alemany. En realidad, todas las interesadas quieren esa opción por encima de cualquier otra.

Incluso, en el entorno sectorial, se ha apuntado que algunas compañías aéreas, agrupadas en alianzas poderosas (Oneworld, Skyline y Star Alliance), estarían interesadas. Pero, no son estos tiempos, con el queroseno por las nubes, para aventuras.

Lo cierto es que AENA es el mayor gestor aeroportuario del mundo, con 210 millones de pasajeros y 49 infraestructuras sólo en España (se incorporarán Burgos y León próximamente), y visto así eso supone un apetitoso bocado. Los ingresos superan los 3.000 millones. Otra cosa es si se miran las tripas. No todos los aeropuertos son rentables y la deuda se ha disparado a casi 8.000 millones. Habrá que limpiar todo eso antes.

Fuerzas sociales y políticas, por otro lado, han cuestionado la presencia de constructoras, porque auguran que programarán inversiones para ejecutarlas ellas. En su defensa, en el sector subrayan que no hay otros que se dediquen a esa actividad. Los sindicatos y algunos partidos nacionalistas ponen peros. Los primeros destacan sobre todo que esto se haga cuando en Bruselas se quiere impulsar el cielo único europeo. En el segundo caso, partidos catalanes exigen que la Generalitat tenga derecho de veto en el aeropuerto de El Prat.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_