El doble de Aznar
José María Aznar tiene un doble y habita en YouTube.
A veces, cuando Aznar dice que está mudo, lo dijo en Valencia, entro en ese batido de imágenes y sonidos que es YouTube, y ahí veo a su doble, diciendo las cosas que él nunca dijo.
El otro día, cuando el ex presidente abrió el Campus FAES, tuvo a bien recordarle a Zapatero que con los terroristas no se negocia. Claro que no. Él no lo hizo, no lo hubiera hecho. Pero uno va a YouTube y ve a alguien diciendo que lo haría, y a otros (Rajoy, entre ellos), que se estaba haciendo. La deducción lógica es que, en efecto, no fue Aznar quien lo hizo (ni Rajoy). Fue su doble. Maldito doble.
El doble de Aznar, además, dice en YouTube que su Gobierno sería magnánimo con el Movimiento Nacional de Liberación Vasco. Y la que le armó ahora el Aznar verdadero al Rajoy verdadero por decir que a lo mejor el presidente actual un día se sentaba con los nacionalistas del PNV. Un día, Xabier Arzalluz dijo que sentarse con Aznar era muy agradable, y se sentaron agradablemente un montón de veces. Claro, Arzalluz debía referirse al doble de Aznar. El doble de Aznar es mucho.
El doble de Aznar sigue en YouTube con su bigote negro casi intacto. El verdadero ya peina canas; el de YouTube tiene el pelo controlado, y la camisa abrochada hasta el último extremo del cuello. Ese doble asegura en YouTube que ha ordenado que los presos vascos dejen Canarias y se reagrupen cerca de sus casas. Lo dice seriamente, como si fuera el verdadero Aznar quien habla. Y también en YouTube, un doble del ahora novelista Miguel Ángel Rodríguez (¿el doble es el novelista?) asegura que en ese encuentro que nunca tuvo lugar entre aquel Gobierno y ETA no habría ni vencedores ni vencidos. No es que fueran otros tiempos, es que no existió aquel tiempo, aunque el maldito YouTube siga sacándole los colores al presente. Porque yo veo ahora a Rodríguez en (casi) todas las tertulias y no me pega que él dijera entonces aquellas cosas. Claro, era su doble.
Conocí a Aznar mudo, en 1993, en un desayuno. El escritor Alejandro Gándara quiso que lo conocieran unos colegas. Alguien le puso delante uno de aquellos titulares de Anson sobre los perversos catalanes. Y aquel hombre mudo dijo, venciendo la resistencia del bigote: "Acabaremos con eso". Luego, la gente creyó que él había dicho lo de que hablaba catalán en la intimidad. No fue él, fue su doble, ahora se sabe. -
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