Miguel Gutiérrez Carbonell, un "fiscal del pueblo"

Su vida fue compromiso político y cívico y defensa de causas que entendía justas. Miguel Gutiérrez Carbonell, ex teniente fiscal de Alicante, falleció en la madrugada de ayer en su casa de Alicante a los 77 años de edad al sufrir un infarto. La noticia de su repentino fallecimiento corrió como la pólvora en Alicante, donde era una persona muy apreciada y conocida tanto en la judicatura como en otros ámbitos sociales. A las 11.45 se oficiará hoy el funeral en el tanatorio de La Siempreviva de Alicante.

Gutiérrez Carbonell luchó contra el franquismo desde la asociación clandestina Justicia Democrática. En el año 2004 recibió la Cruz de Honor de San Raimundo de Peñafort, y en ese homenaje admitió que había sido "un fiscal atípico, poco apegado al concepto funcionarial, subversivo e indisciplinado en épocas pasadas". Antes de jubilarse se destacó por su lucha contra la siniestralidad laboral, pero además mantuvo un papel activo en la Comisión Cívica por la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, a la que ayudaba a preparar los informes jurídicos, y también era presidente de la Asociación Miguel Hernández en Alicante. Desde la clandestinidad fue militante del Partido Comunista del País Valenciano (PCPV). La secretaria del partido, Marga Sanz, le recordaba ayer como "el fiscal del pueblo, un luchador tenaz en la defensa de la auténtica democracia que nos deja un ejemplo impagable por su defensa contra la amnesia y por la justicia social y laboral".

Gutiérrez ingresó en la Administración de justicia como oficial de sala en 1957, puesto que desempeñó hasta 1962, cuando fue nombrado secretario judicial de la Audiencia de Alicante. En 1972 se incorporó a la carrera fiscal y fue destinado a Lleida, donde asumió la jefatura durante dos años. En 1976 fue traslado a Alicante, donde permaneció hasta su jubilación en 2004 y donde desde 1988 fue teniente fiscal, cargo que compaginó con el de coordinador de la Fiscalía de Accidentes Laborales. Su actividad cívica e intelectual la mantuvo hasta el final, de hecho era preparador de oposiciones a jueces y fiscales y continuaba vinculado a colectivos cívicos.