La duda ofende
Holanda, ya clasificada, quiere tomarse la revancha contra Rumania entre las suspicacias de Francia e Italia, que dependen de su victoria
Holanda tiene tres frentes abiertos, aunque ya ha alcanzado los cuartos antes de afrontar hoy a Rumania. Un partido aparentemente tranquilo se ha convertido en asunto de capital importancia. Le ocupa obviamente la selección rumana y le preocupa también el tribunal de la inquisición que le han montado Italia y Francia. La pregunta sobre la que gira la incertidumbre es siempre la misma: ¿hasta qué punto les interesa a los holandeses vencer a Rumania si la derrota supondría eliminar a italianos y franceses?
Aunque Van Basten y sus muchachos juran y perjuran a diario que la genética holandesa no admite ninguna estrategia que no sea la de salir a ganar, los afectados no acaban de salir convencidos y reformulan la demanda. Los italianos le piden que gane por su pasado con el Milan, su amistad con Donadoni y su buena relación con Sacchi. Y los franceses se enganchan precisamente a su vinculación con el calcio para solicitar al seleccionador que reafirme la profesionalidad que mostró cuando fue distinguido con tres balones de oro como jugador.
"Nunca dejarían de ganar un partido. Su manera de ser no lo permite", avisó Chivu
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"Alinearé el mejor equipo posible, teniendo en cuenta ciertos parámetros como la fatiga de algún jugador y las tarjetas", argumenta Van Basten, una pista para saber que De Jong y Ooijer no jugarán porque están amonestados y que Van Nistelrooy y Van der Vaart merecen descansar. A Van Basten le interesa especialmente ganar a Rumania para "mantener la dinámica positiva de equipo". Los jugadores se pronuncian en el mismo sentido. "No me gusta perder ni al ping-pong", dice Van Persie. "Nuestra afición nos acompaña en cada partido y merece el mayor de los respetos", subraya Boulahrouz, consciente de que tres cuartas partes del país siguen al equipo en directo o por televisión y de que las encuestas señalan que el 90% de los holandeses piden a sus jugadores que "ganen".
Hay, por lo demás, dos nuevos factores que animan a los holandeses a buscar el triunfo: la deportividad y la revancha. Holanda alcanzó los cuartos en el Europeo de Portugal después de que los checos, ya clasificados, derrotaran a Alemania, y Rumania quedó por delante de Holanda en la fase de clasificación para el actual torneo después de empatar a cero en Amsterdam y ganar en Constanza por 1-0.
Nadie pregunta prácticamente por Rumania. Pero su confianza en vencer a Holanda es tanta que el seleccionador, Victor Piturca, ya ha mandado a su ayudante, Emil Sandoi, a espiar a España. Y es que la selección de Luis será el rival en los cuartos de Rumania, Italia o Francia según los resultados de hoy.
Aunque incluso le vale la derrota si es por menos de tres goles, siempre que Italia y Francia empaten, Rumania no piensa especular. "Mi prioridad es dar con la alineación", asevera Piturca, consciente de las bajas de Goian por sanción y Radoi por lesión mientras Marica, Petre y Contra son dudosos por cuestiones musculares. Nada nuevo en un equipo que ya partió a la Eurocopa sin Petre, lesionado por un reportero durante un partido de voley, y sin el portero Coman, con un dedo fracturado por un remate de Marica. "Tenemos a Chivu", sonríe Piturca, sabedor de la importancia del capitán, que jugó cuatro años en el Ajax. "Los holandeses", precisa el central que ejerce de medio, "nunca dejarían de ganar porque su forma de ser no se lo permite. Que no se preocupen italianos y franceses".
Lo que de verdad preocupa a Van Basten es que la organización haya decidido cambiar el césped del estadio de Basilea, escenario de su partido de los cuartos, después de quedar inutilizado por la lluvia. "No es bueno para la calidad del fútbol", responde. "Ya se vio en la final de la Champions". Y eso que los paneles de hierba a instalar llegaran de Holanda en 36 camiones frigoríficos.
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