"Esto nos hace grandes a todos"

Otra vez, se cambiaron los papeles. Torres bajó a recibir al pie, y David Villa se desmarcó al espacio. El delantero centro le ganó la posición a Hansson, puso el cuerpo, y soltó la pelota antes de caer al suelo. Villa no se vio en otra situación más favorable. Solo ante Isaksson, que entró al engaño. El asturiano amagó al palo corto, y soltó el disparo al largo. Fue su cuarto gol en esta Eurocopa. El séptimo de su carrera en una fase final, entre Mundial y Eurocopa. La cifra lo convierte en el futbolista español más eficaz de la historia en este tipo de competiciones, por delante de Butragueño, Morientes y Raúl, los tres con seis tantos. Pero nadie en el equipo pensó en esto cuando el balón tocó la red. Era el último minuto y todos se abalanzaron sobre El Guaje para celebrar la clasificación virtual para cuartos. Los titulares y los suplentes compusieron un cuadro que simboliza la unión de un equipo transformado por completo en los últimos tres años.

"Los suecos, antes de saltar al campo, estaban contentos con el empate"

Nada que ver con la fiesta particular de Raúl y Salgado el día que el ex capitán marcó su gol a Túnez en el Mundial de Alemania. Si aquella celebración anticipaba una crisis, y una eliminación, esta comunión revelaba otro clima, tal vez más auspicioso. "Nos lo hemos merecido", dijo Villa, más ancho que un ocho. "El empate habría sido injusto, pero la suerte se alió con nosotros. Hemos ido a por el partido ganando y empatando. Siempre. Y hemos sido mejores en todo momento. Hemos sido los únicos con ganas de ganar. Ellos, antes de saltar al campo estaban contentos si conseguían un empate".

La estadística de Villa asombra. El hombre ha metido más goles que Butragueño, o que Raúl, en fases finales. Su partido de ayer, con una intervención decisiva, en condiciones de máxima exigencia, lo avala como a un futbolista que, además de jerarquía, tiene calidad de competidor. Sus palabras, sin embargo, fueron humildes: "Ahora mismo lo que menos me preocupa es la Bota de Oro. Me da igual. Ojalá siga marcando porque es una forma de ayudar al equipo. Yo no soy más importante que nadie por habar hecho el gol. Este triunfo ha sido un triunfo del colectivo. Nos ha hecho grandes a todos".

La efectividad de Villa en la selección no es nueva. Se remonta a su debut, en febrero de 2005, durante la clasificación para el Mundial de Alemania. El marcador lo dice todo: España, 5; san Marino, 0. En el primer partido del Mundial, en Leipzig ante Ucrania, anotó dos goles. Hacía una tarde bochornosa. Ayer, en una jornada fría, con nevadas en las cumbres de las montañas del Tirol, el chico siguió metiendo goles importantes. Sumó su séptimo tanto en la fase final de un gran torneo, un dato que lo reafirma en su condición de artillero de España. Es el máximo goleador de la plantilla actual, con 25 tantos.

De los 25 goles de Villa con España, el que más gritó fue el de ayer. "Estoy muy contento con el gol", dijo. "He descargado mucha más adrenalina que con los tres goles del otro día".

Villa, que nació el 3 de diciembre de 1981 en Tuilla, en la cuenca minera, evolucionó paulatinamente. Primero en el Sporting, después en el Zaragoza, y más tarde en el Valencia. Ahora, sus días en Mestalla parecen acabados. El club quiere venderle y él procura marchar. Está convencido de que integrando un proyecto ambicioso sería capaz de dar la talla. Nunca le ha faltado el coraje. Quiere conquistar la Liga de Campeones y se siente preparado. Su actuación en la Eurocopa le da la razón.