Los Pistons asaltan Boston

Los Pistons de Detroit dieron en la madrugada española del jueves un golpe de mano en Boston Garden y pusieron en un dilema a los Celtics, que perdieron por vez primera en su cancha en los playoffs de la NBA. "Habrá que encontrar una manera de ganar fuera". Así se expresó Kevin Garnett, consciente del obligado desafío que debe alcanzar su equipo si desea estar en la final. La victoria de los Pistons fue inapelable. Con mayores o menores apuros, dominó durante todo el partido e igualó a uno la final del Este. La agresividad ofensiva de Hamilton, la recuperación de Billups después de su lesión y su flojo primer partido, la impagable aportación del novato Stuckey y la consistencia de McDyess y Wallace bajo los aros le dieron la iniciativa al equipo de Flip Saunders.

Los Celtics, pese a que Ray Allen denotó una ostensible mejora respecto a sus decepcionantes actuaciones en los últimos encuentros, se pasaron todo el tiempo por detrás en el marcador e intentando soluciones que siempre se quedaron cortas. No pudieron defenderse con la soltura de otras veces y eso hizo inútiles los 24 puntos de Garnett y los 26 de Pierce. Tampoco su dominio en el rebote, con ocho capturas más, les sirvió de gran cosa. Los Pistons manejaron el ritmo del encuentro y eso les permitió robar balones y provocó muchos errores en sus rivales.

Los 25 puntos de Hamilton devastaron la defensa de los Celtics. Los contraataques de Billups se le atragantaron. En los instantes finales, Allen y Garnett volvieron a meter presión a los Pistons y llegaron a acortar a sólo dos puntos la diferencia (90-92). Pero Detroit se manejó a la perfección y consumó la primera derrota de los Celtics después de diez victorias consecutivas en la fase final. Si el cuadro de Boston está en la final del Este es gracias a su contundencia al amparo de su público, puesto que no logró vencer en ninguno de sus desplazamientos a Atlanta y Cleveland, a los que superó en el séptimo y definitivo encuentro.