Eusebio Ríos, futbolista y entrenador
Jugó en el Betis, al que dirigió, y ascendió, como técnico, a Recreativo, Valladolid y Murcia
Eusebio Ríos Fernández, fallecido el sábado a los 73 años, nació en la mítica Margen Izquierda. Allí se hizo futbolista, lo que imprime carácter, especialmente en aquellas épocas cuando pateó los campos del Galindo, el Ortuella, la zona minera, antes de pasar a la otra margen y mover el balón en los terrenos de otros dos históricos, ahora venidos muy a menos, el Arenas de Getxo y el Indautxu.
Ahí empezó a cambiar la vida de este futbolista de trueno, con aire de hombre bonachón, que llevaba el fútbol en las venas y que aún no sabía que el fútbol le deparaba un viaje amplio por la geografía española. Como jugador apenas cambió de margen de la ría, en equipos menores, hasta que el destino le envió al Betis, otro nivel. Nueve temporadas estuvo en el equipo bético dejando como recuerdo un gol.
Que estaba curtido para el asunto quedó claro cuando debutó con el equipo verdiblanco frente al Sevilla en el Sánchez Piz-juán con un 2-4 para la historia, precisamente el día que se inauguraba ese estadio en 1954. Como jugador, aquel chico que debutó en el Galindo acabó disputando un partido con la selección española en 1964 frente a Portugal con derrota por 2-1. Ya no volvió, pero aquel partido quedó en su memoria y en su balance de resultados. Desde abajo llegó hasta arriba, desde Galindo, un barrio de Sestao, al Betis, un equipo con pedigrí en el que tocó el cielo como futbolista.
Pero fue algo más que eso. Fue el inicio de otro periplo vital que le movió por las tierras del sur y del centro de España convertido en una garantía de ascenso para equipos con necesidad. Primero en el Recreativo, en la temporada 1977/78, cuando logró el primer ascenso del decano del fútbol español; después, unos kilómetros más arriba, en Valladolid, consiguió un nuevo ascenso, antes de viajar de nuevo al sureste español, a Murcia, al que también ascendió en la temporada 1981/82 y se convirtió en el entrenador murcianista con más partidos en el currículo (60), para regresar otra vez al Betis, a dirigir al equipo que le dio la gloria como futbolista y al que le devolvió todo su trabajo. Allí fue entrenador y después director deportivo de la entidad verdiblanca.
Su figura como entrenador ya declinaba cuando el Athletic decidió fichar a su hijo Roberto, al que convirtió en el fichaje más caro de la historia del equipo bilbaíno (2.000 millones de pesetas de la época, en 1997).
Eusebio Ríos llegó con su hijo Roberto a Bilbao, y ejerció como miembro del organigrama técnico de Lezama entre 1997 y 2002. Fue su regreso a Bilbao, al País Vasco, al Portugalete que le vio nacer el 30 de marzo de 1935 y que le vio morir este 10 de mayo a las diez de la noche. Algo sabía aquel jugador de facciones duras y rasgos angulosos que luego se convirtió en entrenador de referencia para objetivos inmediatos, más allá de lo vistoso, muy pegado a la realidad.
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