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Reportaje:

La Iglesia sigue a los promotores

El arzobispado de Santiago proyecta nueve parroquias en los nuevos barrios

En los tiempos más infieles de la era cristiana y cuando la burbuja inmobiliaria amenaza con pincharse, la Iglesia gana terreno, pide préstamos a largo plazo, y se lanza a construirle casas al Señor allí donde Él aún no tiene sede. En esto el Catolicismo sigue la estela que marcan los promotores: allí donde surge un barrio nuevo hace falta una parroquia.

Habían pasado ocho años desde que el arzobispado compostelano, el más grande de Galicia y el segundo mayor de España, que abarca desde la ciudad de Pontevedra hasta la de A Coruña, consagró la iglesia parroquial de Os Tilos, la primera urbanización que tuvo Santiago. Habían pasado ocho años cuando, el 20 de mayo de 2007, se inauguró el templo de Fontiñas, un proyecto que arrastraba la diócesis desde hacía 14 primaveras. Y resulta que la construcción de esta iglesia parca y desangelada, como casi todas las de ahora, marcó un cambio radical en la política del gobierno de Julián Barrio, que ahora ya no quiere pasar un año sin estrenar local. Ayer mismo, la archidiócesis anunciaba nueve templos que construirá e inaugurará a partir de este año.

Construir una iglesia modesta cuesta "dos millones de euros"
Un 27% de los gallegos que declaran marcan la casilla de la Iglesia

Curiosamente, varias de estas parroquias se van a levantar en los barrios de A Coruña y Pontevedra que en los últimos meses han salido en la prensa por su rechazo a los gitanos, una etnia mayoritariamente evangélica. El arzobispado ha dado el visto bueno a los planos, y este año empezará a construirse la iglesia de Monte Porreiro (Pontevedra). Y también en 2008, en A Coruña, se consagrará el templo de Os Rosales. Además, según el ecónomo y presidente de la Delegación de Economía del arzobispado, Dictino Maceira, que ayer presentó los presupuestos de la archidiócesis para este ejercicio, comenzarán las obras en dos de las cuatro parroquias proyectadas "en breve" para esa ciudad: "La de Eirís, la de Nuevo Mesoiro, la de A Zapateira y la de Santos Ángeles".

A esto hay que sumar un templo más en O Milladoiro, porque "el que hay, con 500 niños en la catequesis, no llega", y tres en Santiago: el de Salgueiriños, el de Amio y el de Santa Marta, donde sólo faltan unos flecos para que el ayuntamiento "transfiera" los terrenos a la Iglesia. Estos son tres de los barrios de la capital que más están creciendo, aunque Santiago también se desparrama por San Lázaro, una zona que en vez de parroquia tiene un santuario que no da abasto. Así que éste podría ser, según fuentes de la Iglesia, el siguiente objetivo. "Todo depende de lo que se mueva el cura".

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"El problema que tenemos", reconoce el ecónomo, "es que nos sobran templos y a la vez nos faltan templos". El arzobispado tiene 1.071 iglesias parroquiales (a cargo de 600 sacerdotes) además un millar de templos de otro tipo, "pero muchos están donde no hacen ninguna falta, en aldeas totalmente despobladas".

Construir una iglesia modesta cuesta "dos millones de euros". Y para afrontar este gasto, ahora que las subvenciones públicas han mermado un 27%, la archidiócesis ha recortado este año los gastos ordinarios para acrecentar en un 46% la inversión "extraordinaria" en santo ladrillo. Y al mismo tiempo que ha pedido préstamos y ha empezado a endeudarse (en 2007, la deuda estaba a cero), ha optado por vender inmuebles (por un valor de un millón de euros) y fincas rústicas (cuatro millones). Aunque, en esto, también la Iglesia se topa con los achaques del mercado inmobiliario: le está costando encontrar compradores. A esta dificultad creciente hay que sumar la de que sólo el 27% de los gallegos marcan con una X la casilla de la Iglesia Católica en su declaración. La media estatal está en el 33,4%, un porcentaje que aquí sólo cosechan las ONG (34%).

El presupuesto total del arzobispado para 2008 es de 31.500.258 euros, y en esta cifra se incluye todo, desde edificaciones nuevas hasta restauraciones, mantenimiento de museos, obras "sociocaritativas", actividades catequéticas y litúrgicas, ayuda a las misiones y unos sueldos mínimos. Esta temporada, los curas rasos seguirán cobrando 600 euros. Pero no rechistan. Están conformes con el plan de abrirle nuevas sucursales a Dios.

La iglesia de Fontiñas, en Santiago, es la última parroquia que ha consagrado el arzobispo
La iglesia de Fontiñas, en Santiago, es la última parroquia que ha consagrado el arzobispoANDRÉS FRAGA

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