Emili Giralt, historiador
Fue el modernizador del Institut d'Estudis Catalans
No recordaré a Emili Giralt -fallecido ayer en Barcelona a los 81 años- como historiador, sino como presidente de l'IEC (Institut d'Estudis Catalans); sin embargo, quiero subrayar que consolidó el conocimiento de la historia agraria de los territorios de lengua catalana y se convirtió en un referente para su estudio; sus orígenes en Vilafranca del Penedès (1927) contribuyeron a esa inclinación, en la que la viticultura tuvo un papel esencial.
Emili Giralt era innovador y ese carácter trascendió su especialidad y lo aplicó al IEC cuando fue elegido para dirigirlo entre 1987 y 1995. Fue a mi juicio el presidente que más decisivamente abordó la modernización de la institución y su apertura a la sociedad.
Un año después de haber asumido su mandato, decidió renovar los estatutos. El resultado de su propósito nos obliga a hablar de los primeros estatutos propiamente dichos. Hasta entonces, la institución se regía por el Dictamen acuerdo de constitución y por los Propósitos declarados y consensuados en el año de la fundación (1907), y después por los estatutos aprobados en 1968, todavía en plena dictadura franquista, y por los de 1976.
Emili Giralt entendió que el IEC tenía que dejar de ser un círculo reducidísimo de investigadores y abrirse a las nuevas generaciones y a las nuevas concepciones científicas. Su larga experiencia como catedrático de la Universidad de Valencia (1965-1971) le confirió una sensibilidad especial respecto a la necesidad de contar con representantes de todas las localidades de idioma catalán e incluso de abrir delegaciones fuera de Barcelona.
Con Emili Giralt se inician proyectos de gran envergadura, que son la prueba fehaciente de que los recursos materiales se concretan a partir de la capacidad de iniciativa investigadora. La presidencia de Emili Giralt tiene el mérito de haber actualizado jurídicamente el IEC de acuerdo con los tiempos y la realidad social, política, económica, cultural. Sus Estatutos simbolizan inequívocamente el inicio de la existencia normal de la institución en el mundo de la investigación, al mismo nivel que las más sólidamente constituidas. El aliento de Emili Giralt, que no fue de ruptura con el pasado, da el empuje esencial al IEC, para que emprenda, ya sin solución de continuidad, su labor de investigación para el desarrollo social y para la innovación.
Emili Giralt era el científico riguroso y apasionado, que dirigió el Centro de Estudios Históricos Internacionales de la UB, que fundó el Centro de Estudios de Historia Rural. Y era, al mismo tiempo, el hombre bueno, afable, comprometido con sus ideas y con sus amigos. Una bondad que entendía que no debía estar reñida con el genio contundente en la defensa de sus principios. Sonreía casi siempre, pero no le faltó nunca la energía para denunciar sin tibieza lo que consideraba injusto o vejatorio.
Joan Martí i Castell, es catedrático y primer rector de la Universidad Rovira Virgili, y presidente de la Sección Filológica del IEC.
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