Arenas: "Confío en una conciliación de Aguirre y Rajoy"

Los barones del PP y algunos personajes de este partido siguen desgranando declaraciones sobre la crisis abierta tras el segundo fracaso electoral de Mariano Rajoy, agravada por el amago de Esperanza Aguirre de presentarse como candidata alternativa en el congreso de junio. Ayer fue Javier Arenas, el presidente del PP andaluz, quien visitó la Feria de Sevilla junto a su colega Francisco Camps, presidente de la Comunidad Valenciana. Preguntado sobre la tensión interna, Arenas se mostró conciliador: "Yo confío en una conciliación entre Aguirre y Rajoy". ¿Para cuándo? "Pues cuanto antes", respondió.

Camps reconoció que en la reunión que tiene prevista con Aguirre el próximo 21 de abril, además de hablar de los asuntos que competen a los dos presidentes autonómicos, hablarán del congreso interno. "Es posible que hablemos de todo", contestó un poco molesto por las preguntas internas, aunque sonriente.

Camps: "El debate ideológico lo tenemos en el PP todos los días"

Camps insiste en que él apoya a Rajoy pero sobre todo recuerda que todos los barones y otros miembros del comité ejecutivo lo dejaron claro cuando el líder, dos días después de la derrota, anunció ante los suyos que se iba a presentar. Aguirre también estaba allí, y aplaudió como todos los demás. "Comparto totalmente la decisión plasmada de forma elocuente por el comité ejecutivo", que fue "aplaudir por aclamación" la celebración del congreso nacional y la candidatura de Rajoy como presidente.

En declaraciones a EL PAÍS, Camps también respondió a Aguirre, que insiste en reclamar un debate ideológico dentro del PP. "El debate ideológico se hace en el Partido Popular todos los días", contestó molesto. Después añadió que "el PP es el partido más moderno de España".

La catarata de frases sobre asuntos internos, cuando aún quedan más de dos meses para el congreso, no cesa ni un sólo día. Al coro de gritos -en ocasiones, como el choque entre Aguirre y Gallardón, con cuchillos dialécticos de gran dureza- se sumó ayer una voz inesperada. El ex secretario general del PP, Francisco Álvarez-Cascos, rompió un silencio de meses para desautorizar a barones que, como Camps, hablan "en nombre de todos". Aún sin decantarse a favor de Aguirre, Cascos se mostró como un claro representante de esa vieja guardia que está muy molesta con Rajoy y sus nombramientos.

En declaraciones a Europa Press, señaló que "para hablar en nombre de todos, hay que preguntar a cada uno". "Y a mí, como militante del PP, afiliado en Madrid, nadie me ha preguntado nada ni dentro ni fuera de Madrid. El que habla en nombre de todos, será de todos menos de Álvarez-Cascos", argumentó.

Además, pidió, a título personal, "que se mantenga el modelo de partido y tradición en el que la representación la sigan teniendo los militantes y compromisarios" y por tanto no de los barones. "El modelo de un partido de barones nunca formó parte de la tradición del PP y sí del PSOE, que en sus congresos votaban por delegación", sentenció.

El hombre fuerte del PP en los 90 lanzó una carga de profundidad contra Rajoy, que insiste en destacar los buenos resultados de su partido. "Para buscar lo mejor para el PP, el debate político mirando al futuro no se haga enterrando por aclamación el análisis del balance y los resultados del pasado y del presente, empezando por llamar derrotas a las derrotas y victorias a las victorias".

Mientras, en Madrid, varios dirigentes cercanos a Aguirre, muy molestos con las palabras de Gallardón el día anterior, insistieron en los reproches. "Quien abre el debate de personas y quien hace esas críticas es el único líder del partido que ha manifestado que quiere ser presidente del Gobierno y el único que no se ha presentado a un congreso", señaló Francisco Granados, secretario general del PP de Madrid, en clara referencia a Gallardón, informa Soledad Alcaide.