"Se ha acabado el cinismo en IU"

Diego Valderas ha respirado hondo. IU de Andalucía no ha subido escaños, pero tampoco ha bajado y, además, ha conseguido por fin, tras dos intentos fallidos, ser diputado. Todo un contraste con la debacle federal de Gaspar Llamazares, a quien han apoyado los críticos de Concha Caballero. Aunque habla de suma, de nueva etapa, de trabajo conjunto, aprovecha cada frase para recalcar que es su sector el que ha ganado la batalla interna. Y parece que lo va a tener en cuenta.

Pregunta. Ha conseguido por fin el escaño, ¿aliviado?

Respuesta. La palabra no es alivio, sino satisfacción por haber logrado que IU mantenga su espacio en una batalla muy dura. Alivio es cuando uno siente un desahogo personal.

"Hay gente de IU que se frotaba las manos con unos malos resultados"

"Los andaluces no han visto crisis en IU, han visto grandeza"

P. No salió hasta que se escrutó el 90%, ¿no se lo creía?

R. La experiencia me hizo esperar. Aunque me decían que el diputado por Huelva estaba asegurado, preferí tener prudencia. Pero no sólo por mi escaño, por el conjunto de Andalucía, porque IU se ha mantenido al alza.

P. ¿Al alza? Han vuelto a tocar suelo: el porcentaje más bajo de su historia.

R. Hemos bajado 21.000 votos en el proceso electoral de bipartidismo más injusto y combativo de todos los tiempos. Por eso, todo el mundo reconoce que ha sido un gran logro y un gran éxito. Por eso, el proyecto resiste, y resiste porque tiene discurso y organización, si no, no resistiría.

P. El PA dijo lo mismo hace cuatro años, que habían resistido, y fíjese dónde está ahora.

R. Cada uno está donde ésta, el PA no está, y nosotros sí, y además de manera intocable, y no únicamente en el escenario de las autonómicas, también en el municipal. Nadie duda que ha hace un año IU mantuvo el número de diputados provinciales, concejales y casi el mismo número de alcaldías. Eso quería decir que teníamos una base muy sólida. Ahora, repito, hemos consolidado al alza, porque cuando se analizan los resultados se observa que hay cuatro provincias que han subido, una se ha mantenido, y tres han bajado. Habrá que ver qué ha pasado en Córdoba y Sevilla, que han bajado, merece una reflexión serena.

P. ¿Está diciendo que la culpa la tienen los candidatos de Sevilla y Córdoba, Sánchez Gordillo y José Manuel Mariscal?

R. No, lo que yo veo es que de los 21.000 votos perdidos en Andalucía, 18.000 se han perdido en estas provincias, en lo global. Hay que analizarlo para que cada uno responda ante sus responsabilidades en la precampaña y la campaña.

P. ¿Tienen la culpa entonces Concha Caballero y Rosa Aguilar?

R. No, no, como no menciono a nadie, y sólo estoy hablando de reflexión, no puedo compartir lo que me está diciendo. Lo que digo es que habrá que analizar cuáles son las causas, porque parece no tener mucho sentido que en el conjunto de Andalucía hayamos subido, y en éstas no.

P. Puede que los candidatos no fueran los mejores, ¿no? Puede que Concha Caballero, cabeza de lista en 2004, fuera mejor que Sánchez Gordillo.

R. No, no. No tiene nada que ver. Lo colectivo suma por encima de lo individual, la organización y la marca está por encima de cualquier otro elemento.

P. Respecto al ámbito federal, Rosa Aguilar ha dicho que IU está en estado terminal.

R. No comparto eso: cuando una fuerza tiene un millón de votos en el conjunto del Estado significa que tiene espacio para la recuperación y la reconstrucción. ¿Qué necesita? Que seamos todos capaces de tener la grandeza de -como se dice en mi pueblo- arremangarnos, y meternos en el tajo. En una posición positiva, en la que suma, que cohesiona, que no divide. Cuando un millón de votos te respaldan no se puede tirar la toalla. Y responder desde los territorios que fortalecen ese millón de votos, y quiero sacar aquí que en las generales Andalucía ha aportado el 25%, un punto porcentual más que la media del Estado. Aquí no sobra nadie, falta mucha gente, y los primeros que no sobran son los que estamos dentro del proyecto. IU tiene que ampliar su espacio y abrirse a la sociedad.

P. Lo de abrir el espacio, que no sobra nadie, etcétera, lo están diciéndolo exactamente desde hace una década, el mismo tiempo que llevan en crisis.

R. Si hubiéramos tenido crisis en Andalucía, con toda su amplitud, más allá de las estrechas y cortas paredes del propio proyecto, no hubiéramos consolidado nuestro voto. Por tanto, la crisis es un sentimiento interno. Los andaluces no han visto crisis en IU, han visto grandeza, y determinados dirigentes que hemos sido capaces de dar un paso al frente poniendo lo colectivo por encima de lo individual. Por eso, Diego Valderas ha salido fortalecido, porque hizo la ejemplaridad para la unidad de la organización de ir por el lugar donde no teníamos diputados (Huelva). Y eso hay que reconocerlo. La dirección ha tenido siempre la mano tendida, abierta a sumar, pero a sumar todo lo que no reste. Ha llegado un momento en el que aspectos de cinismo y fariseísmo político sobran en la nueva etapa, no estoy dispuesto, se ha acabado. Es difícil que algunas cuestiones se puedan olvidar, pero creo hay que mirar más al futuro que al pasado.

P. ¿A quién se refiere?

R. Hay gente que se frotaba las manos con unos malos resultados en el conjunto de Andalucía. Eso está ahí.

P. En la sede electoral algunos celebraron más la derrota de Llamazares que el haberse mantenido en Andalucía. Lo vieron todos los periodistas.

R. No, no, lo que hubo es una sensación de preocupación y sabor agridulce.

P. ¿Cree que va a haber una pacificación en IU?

R. Quien busque otra cosa, es que está en el limbo.

P. ¿Usted la busca?

R. No sólo la busco, la construyo. Nadie me ha visto con una actitud que nos sea sumar.

P. ¿Qué piensa de lo que le dijo Concha Caballero respecto a que no fuera punta de lanza de las batallas federales?

R. Lo que me dijo es que mi trabajo debe estar en Andalucía, que me debo centrar aquí. Si era así, lo comparto. Ahora, la organización andaluza es un pilar en el federal, y eso se tiene que ver.

P. Hay quien le ha pedido a Llamazares incluso el escaño.

R. Todos los coordinadores están en una actitud muy positiva. Hay que cambiar el discurso, la dirección y el proyecto, y eso está por encima de las personas.