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Emoción y sutileza en el concierto de la Filharmonía

El concierto se preveía como un acontecimiento y lo fue sin discusión. Enigmas de la temporalidad, del gallego Juan Vara, glosa el poema Desde aquí, de Eloy Sánchez Rosillo. Su música contiene el sutil protagonismo de la melodía en Vara y un lirismo que potencia el estilo elegíaco del poema. La versión de Ros-Marbá con la Filharmonía tuvo toda la sutileza inherente a la obra. La declamación de Luis Martínez Sánchez estuvo ágil y bien ajustada rítmicamente, pero con una menor profundidad de la requerida por música y texto.

Cinco invocaciones al Crucificado, de Xavier Montsalvatge es ejemplo de economía de medios y riqueza de resultados. Tres flautas, piano, celesta, arpa, contrabajo y percusión le bastan para expresar los sentimientos producidos por la Pasión de Cristo. La hermosa voz de Maite Alberola y el detalle de Antoni Ros-Marbá subrayaron la sobriedad dodecafónica en el De passione Christi. El sobrecogedor desgarro procesional de Lamentación a la quinta angustia... se clavó en el auditorio como una saeta, dejándolo casi sin aliento para la emoción final de Oració de temps. El sereno y luminoso Réquiem de Fauré encontró instrumento idóneo en la RFG y el Choeur Acctentus desde la claridad del Agnus et Kyrie.

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