Un buen punto de partida para la renovación
Prosiguen los movimientos internos de cara al congreso del PSPV-PSOE
La segunda victoria de José Luis Rodríguez Zapatero es un buen punto de partida para que el socialismo valenciano afronte con ciertas garantías su renovación, pendiente desde hace años. Fue grosso modo el mensaje que ayer lanzó la candidata del PSOE por Valencia y vicepresidenta en funciones del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, en una comparecencia pública en la sede del PSPV-PSOE. Ese y el de la necesidad de "trabajar, trabajar y trabajar" para recuperar la confianza de los valencianos.
De la Vega estará al lado del PSPV-PSOE en esta etapa de cambio
"La gente lleva meses moviéndose" de cara al congreso, dice un asesor
De la Vega, que no tiene carné del partido y carece de responsabilidades orgánicas, se puso al frente de ese proceso y aseguró que estaría al lado de los socialistas valencianos en esta etapa de cambio, que ha de ser, dijo, "acorde con las aspiraciones y los deseos de la sociedad valenciana".
Desde hace meses, los socialistas valencianos marcaron en el calendario el 10 de marzo -la jornada siguiente a las elecciones- como el día D. El día que prosigue la carrera por el liderazgo orgánico del PSPV-PSOE y que se sustanciará en un congreso previsto para después del verano.
Y llegó el día y el tema de los liderazgos salió a relucir. Joaquim Puig, alcalde de Morella, se mostró dispuesto a conformar "un equipo que reconstruya una opción progresista en la Comunidad Valenciana". El ex ministro Jordi Sevilla, cabeza de lista por Castellón, y otro de los posibles aspirantes a la secretaría general del PSPV-PSOE, aseguró que tiene una decisión tomada desde hace tiempo, pero no la dará a conocer de momento, informa María Fabra. Otro alcalde, Jorge Alarte, el único que anunció públicamente que se presentaría, no tiene necesidad de repetir lo que en su día ya dijo. Que pugnará por el liderazgo. Otro sector del partido trabaja en la definición de un nuevo proyecto.
"La gente lleva meses moviéndose", comenta un asesor socialista, "pero este no es un proceso que se pueda precipitar. Puede que salgan 27 candidatos, pero solo dos podrán reunir el apoyo del 25% de los delegados necesarios para presentarse".
La situación en Alicante es más delicada, tras perder el nuevo escaño que la provincia ganaba por el aumento de población y que finalmente ha ido a parar al PP. Los socialistas valencianos empiezan a acostumbrarse a celebrar solo victorias ajenas. El presidente del Grupo Socialista en la Diputación de Alicante, Antonio Amorós, no pasó ayer por alto el mal resultado cosechado en esta provincia, cuya candidatura encabezaba el ministro de Sanidad, Bernat Soria. "Es necesario dar un paso en la asunción de responsabilidades", dijo para a continuación demandar un proceso de renovación interna que acerque el partido a la sociedad.
Otro sector del partido opina que se trata de un problema ideológico, no de personas o candidatos. "Teníamos el mejor cartel, la vicepresidenta es más valorada en las encuestas que el propio Zapatero y pinchamos: ya no es un problema del PSPV, es más profundo y serio", reflexionaba un diputado autonómico. Para Manuel Alcaraz, ex diputado y profesor de Derecho, el problema de los socialistas valencianos es estructural y de estrategia.
Los análisis de las bases son más crudos todavía. "¿Puede un pez decir lo que es el agua?", apuntaba ayer a las puertas de Blanquerías una militante que exigía una renovación profunda y sin interferencias de los que dirigen Blanquerías. "Tenemos que conectar de nuevo con la sociedad", es la receta.
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