El crimen de ETA interrumpe una campaña de firmeza contra el terror

España vive hoy otra jornada de reflexión marcada por el impacto brutal de la sinrazón terrorista. La alerta máxima con la que trabajaban las Fuerzas de Seguridad desde hace semanas no pudo evitar ayer el último crimen de ETA cuando la campaña electoral consumía sus últimas horas.

Catorce días de mítines con escasos incidentes y mensajes inequívocos de firmeza contra el terrorismo por parte de los principales candidatos a la presidencia del Gobierno se interrumpieron de forma abrupta por el nuevo golpe mortal de ETA. Todos los partidos suspendieron sus actos de fin de campaña ante el "doble desafío a la democracia y a las libertades".

El PP impidió con sus exigencias una imagen de unidad de los partidos

Desde el 1 de enero de este año y hasta la semana pasada la policía había detenido a 32 etarras en operaciones que permitieron aclarar alguno de los atentados recientes de la banda. Unos días antes de comenzar la campaña electoral, el Gobierno y los jueces habían dejado fuera del juego electoral a los partidos independentistas radicales (ANV y PCTV) que habían dado cobertura política a ETA con su negativa a condenar los atentados.

ETA, según los informes policiales, vivía sus momentos de máxima debilidad y los principales líderes de la izquierda independentista que apoyaban los métodos terroristas estaban en la cárcel (la mayor parte de la cúpula de Batasuna) o con la actividad de sus partidos suspendida (ANV y PCTV).

Por eso, las fuerzas antiterroristas temían una reacción criminal de ETA. Por eso, el Ministerio del Interior había activado los protocolos de la alerta máxima para prevenir atentados.

Tras la fracasada negociación con ETA para el fin dialogado de la violencia, los dos candidatos a gobernar España habían mantenido discursos de firmeza contra la banda terrorista. Tanto José Luis Rodríguez Zapatero como Mariano Rajoy acudieron en campaña al País Vasco para ratificar su empeño en luchar para acabar con la banda terrorista que ha matado a 836 personas en los últimos 40 años.

El afán del Partido Popular por descalificar la estrategia antiterrorista del Gobierno como activo electoral llevó a alguno de sus dirigentes a sugerir que el Gobierno seguía negociando con ETA y que a la banda terrorista le convenía la victoria de los socialistas. Fue Vicente Martínez Pujalte, candidato número dos del PP por Murcia, quién señaló anteayer: "El PSOE está negociando con ETA a 48 horas de las elecciones. Han mandado socialistas a negociar con ETA, y tengo los nombres. A ETA no le da igual quién gane el domingo porque si gana Zapatero volverán a negociar y eso es un agravio para las víctimas y los españoles". Frases parecidas, salieron del principal representante de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, Francisco José Alcaraz, quién elucubró con un pacto del Gobierno con ETA para que los terroristas no atentaran en campaña, de manera que facilitaran la victoria socialista en las elecciones. Ayer mismo, Alcaraz insistió en su idea: "ETA no se puede quedar cruzada de brazos en las próximas elecciones y necesita influir en el resultado electoral para inclinar la balanza hacia el proyecto político que le beneficia".

Tras el atentado de ayer, el PP intentó poner sordina a este tipo de declaraciones pero, al tiempo, forzó un comunicado conjunto con una frase: "Nunca se negociará políticamente con ETA" y la exigencia de revocar la resolución del Congreso aprobada en 2005 para buscar una solución dialogada al terrorismo de ETA. El resto de partidos rechazó las exigencias del PP con lo que volvió a escenificarse, esta vez a escasas horas del asesinato del ex concejal socialista Isaías Carrasco, la desunión de los demócratas.