El antipartido virtual
La Asamblea de Votación Electrónica se presenta al 9-M
Ni de izquierdas ni de derechas. Ni católicos ni laicos. Son aconfesionales "en lo religioso y en lo ideológico". No tienen programa electoral y no quieren gobernar, pero se presentan a las elecciones del 9 de marzo en A Coruña. ¿Qué pretenden? "Dar voz a través de la Red a los ciudadanos que piensan abstenerse".
La Asamblea de Votación Electrónica (AVE) se fraguó a finales del año pasado en una reunión de amigos. "Solíamos hablar de política y de nuevas tecnologías hasta que un día decidimos que lo que pensábamos, quizás podría funcionar", explica el vocal de la AVE, Juan Rodríguez, un informático de 49 años. Lo que pensaban era formar un partido virtual que recogiera el voto de los "descontentos" y los "desilusionados" de la política que no fueran a votar o que lo fueran a hacer en blanco. "A esa gente, le decimos: 'Déjanos tu voto en reserva. Si durante la legislatura, se trata algún tema que te interese, tu opinión será trasladada a la cámara correspondiente". Los compromisarios emitirán la resolución de la Asamblea de manera proporcional. Rodríguez lo llama votación transparente. "Imaginemos que la AVE tiene dos representantes en el Congreso y se debate una proposición de ley. Si un 50% de la Asamblea vota sí y un 50%, no; un compromisario votará sí y el otro, no". Pero para que esto llegue a ser posible la AVE tiene que conseguir al menos 67.000 votos.
Piden el voto a los abstencionistas para que debatan y opinen por Internet
Jorge Barreno, un fotógrafo freelance de 50 años, contribuirá a ello. Lleva dos legislaturas votando en blanco porque se siente "engañado" por los políticos. "El panorama no me satisface y estoy cansado de promesas estúpidas: ¿Empleo total en 2012? ¿500 millones de árboles? ¡Venga ya!", dice indignado. Se queja de que el voto se haya convertido en un "cheque en blanco" con el que los partidos luego "te la pegan". Jorge es una de las 13.339 personas que votaron en blanco en A Coruña en las elecciones generales de 2004. Casi 236.000 (el 25% de los votantes) se quedaron en casa. En Galicia, los abstencionistas llegaron a los 551.000.
Las células madre, el cambio climático o la educación para la ciudadanía son "nuevos problemas", dice Juan, en los que "no tenemos ninguna experiencia y cuya solución no está en los libros ni en el pasado". Para afrontarlos, según la AVE, hace falta mucha información. Y eso es precisamente lo que ofrece a sus afiliados. En su página web (www.laave.org) se podrán consultar informes y estadísticas "independientes" sobre los temas que se estén estudiando en el Congreso. Los afiliados -26 por ahora- podrán debatir e intercambiar opiniones hasta el momento de la votación. Juan espera que, en el futuro, los estudios que surjan de "la mente colectiva" de la Asamblea puedan llegar a contratarse.
Y es que uno de los principios de la AVE es no recibir préstamos de entidades financieras. La Asamblea de Votación Electrónica se sustenta sólo con las cuotas que pagan los afiliados: 60 euros al año, excepto pensionistas, estudiantes y parados, que pagan 30 euros. ¿Y la publicidad? Nada. Ni carteles ni panfletos ni correos masivos por Internet.
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