"Al Madrid no se le puede tener miedo", dice Mancini
El delantero brasileño Mancini es una víctima afortunada de la desconfianza del calcio hacia los laterales ofensivos. Los entrenadores italianos suelen dar tres opciones al defensa transgresor: dejar la Liga, el banquillo o la mutación en atacante. En 1996, un jovencísimo Roberto Carlos no aceptó ser extremo izquierdo y dejó el Inter. Cicinho, ex del Madrid, está en pleno proceso de evangelización defensiva. Y Mancini ha optado por la tercera vía. En 2003, Fabio Capello se hartó de los descuidos defensivos del jugador, le expulsó del lateral derecho y le encargó tareas de extremo. Nacía así un atacante, autor del gol de la victoria ante el Madrid en la ida. "La jugada es muy bonita, el pase de Totti... Ganar un mano a mano con Casillas fue mágico. Ya no pienso volver nunca más al puesto de lateral, mi lugar es el ataque", dice Mancini con la fe de un converso.
Cuando el Roma fichó a Mancini, en 2003, lo cedió al Venecia, de Segunda. "Yo vivía en Belo Horizonte a 40 grados y aterricé en Venecia, a tres bajo cero. Eso a un brasileño le asusta mucho, pero me adapté bien", recuerda. De vuelta un año después, y convertido en extremo por Capello, empezó a marcar coles. "A Capello le debo mucho", apunta. Así se ganó el apodo de il tacco di Dio, el tacón de Dios, después de marcar de taconazo en el Olímpico en su primer derby contra el Lazio. "Fue un momento maravilloso, una emoción única. La gente lloraba". En otra jugada, contra el Lyon en la pasada Liga de Campeones, sentó con cinco bicicletas al central francés Réveillère para marcar por la escuadra. "A Spalletti le gusta trabajar con jugadores de banda bien abiertos. Eso me favorece mucho por mi velocidad. Me encuentro muy bien en este esquema táctico con cinco centrocampistas en el que tenemos profundidad y mucha gente llegando al área. Puedo jugar en varias posiciones del ataque", explica Mancini.
Con la recuperación de Robinho, ausente en Roma, el Bernabéu presenciará al enfrentamiento de dos maestros de las pedaladas. Mancini alerta a sus compañeros del peligro que representa la presencia de su compatriota y avisa que el partido en el Bernabéu "será más difícil porque el Madrid recupera a Robinho, su mejor jugador". "El Real merece nuestro respeto, si tiene la posesión del balón tendremos muchos problemas, pero somos un equipo fuerte, con personalidad y muchas ganas de vencer. No les tenemos miedo. Si sales con miedo al Bernabéu, te meten 10 goles. Tenemos que hacer nuestro juego, aprovechar los espacios", reflexiona; "no saldremos a encerrarnos, se puede atacar al Madrid de muchas maneras. Vamos a una guerra".
La conexión de Mancini y Totti en el Roma es muy profesional y poco amistosa. Mancini, que ya acusó al capitán de boicotearle, reconoce que estuvieron "dos años sin hablar, aunque existe entendimiento en el campo". Totti es ahora el primer defensor de la renovación del contrato de Mancini, que finaliza en junio de 2009, con el argumento de que el brasileño "es un campeón". Mancini, sin embargo, sigue dando largas al Roma porque no le faltan piropos de equipos europeos.
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