Duran azuza el fantasma del españolismo para romper la bipolarización

Convergència i Unió (CiU) teme tanto la bipolarización que a sus dirigentes sólo les queda pescar votos de aquí y de allá. Abrir una grieta entre el PP y el PSOE a Josep Antoni Duran Lleida le está costando un esfuerzo sobrehumano. De momento, este fin de semana tuvo que quedarse en casa por prescripción médica. Y ayer, en su reaparición en Girona, el democristiano intentó hacerse un hueco agitando la bandera del catalanismo, que contrapuso al "españolismo" que representan el PP y el PSOE.

Con la encuestas pronosticando una mayoría clara del PSOE, a CiU se le estrecha el campo de juego y empieza a contemplar temerosa que su discurso de partido bisagra ya no funciona. Sólo queda margen para alzar la voz catalanista con el fin de frenar una abultada victoria del PSOE y, si acaso, lamentarse por este bipartidismo: "Un país en términos políticos no está plenamente normalizado si cuando llegan unas elecciones generales sólo piensa en PP-PSOE. Les aseguro que también hay vida más allá de estos dos partidos", afirmó.

Duran se refirió ayer en Girona a las encuestas, en un abarrotado teatro municipal que obligó al candidato a improvisar un mitin ante unas 50 personas que se quedaron en la calle. El democristiano hizo una lectura particular y optimista sobre los resultados de los sondeos. Acertó cuando dijo que el PSOE sale victorioso. Sacó pecho al asegurar que CiU se sitúa en una "posición decisiva". Y lamentó el auge del "españolismo" que representan el PP y el PSOE. Para combatirlo, Duran animó a votar a CiU, la única "voz", dijo, "que mejor defiende a Cataluña". Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya han quedado invalidadas para este papel, sostuvo por su parte el convergente Artur Mas, por su apoyo a José Montilla como presidente de la Generalitat.

Mas insistió en el mismo mensaje que su correligionario democristiano y metió en el mismo saco a socialistas y populares por su "españolismo". Del PP citó, por ejemplo a Aleix Vidal-Quadras, y del PSOE, a Alfonso Guerra, Magdalena Álvarez y José Bono, que el PSOE quiere convertir en presidente del Congreso.

El pasado día 13 de febrero -mientras Duran estaba en el quirófano- Mas avisó que ni CiU ni sus socios de Galeuscat (PNV y BNG) apoyarían a Bono para este cargo. Ayer Duran exhibió su pragmatismo y abrió la puerta a votarle si con ello los nacionalistas consiguen un lugar destacado en la mesa de la Cámara baja. En esta legislatura ocuparon la vicepresidencia segunda.