Messi-Eto'o, una asociación perfecta
La movilidad, el entendimiento y la pegada de la pareja capitalizan la goleada del Barça al Levante
Hasta el marcador del Camp Nou le guiñó ayer el ojo al Barça como demandaba una jornada deliciosa desde el punto de vista culé. Lució el 5, el dígito mágico del barcelonismo, símbolo de bonanza. Aliviado el equipo desde el partido librado en Glasgow, la hinchada también se ha destensado y el reencuentro del Barça con el estadio resultó especialmente relajante, un efecto que se agradece después de tantos partidos de tortura, pendientes los de arriba y los de abajo de un gol, aunque fuera por caridad humana, incluso en la jornada más sencilla. El barcelonismo ha recuperado el tono vital y el optimismo, y el plantel de Rijkaard ya es capaz de discernir entre los encuentros difíciles y los sencillos, los que demandan un triunfo épico y los que piden una goleada estética, como el de ayer, contra el colista.
BARCELONA 5 LEVANTE 1
Barcelona: Valdés; Zambrotta, Puyol, Milito (Thuram, m. 68), Sylvinho; Xavi, Touré, Iniesta; Messi (Giovani, m. 81), Eto'o y Ronaldinho (Bojan, m. 73). No utilizados: Pinto; Gudjohnsen, Edmilson y Abidal.
Levante: Kujovic; Descarga, Álvaro, Serrano, David; Juanma, Miguel Ángel (Pedro León, m. 68), Berson (Javi Fuego, m. 23), Cortois; Riga y Geijo (Saúl, m. 81). No utilizados: Reina; Manolo, Rubiales y Armando.
Goles: 1-0. M. 14. Xavi remata la pelota despedida por un rechace después de una jugada entre Iniesta y Eto'o. 1-1. M. 40. Riga engaña a Valdés en la transformación de un penalti por manos de Zambrotta. 2-1. M. 44. Messi remata con la zurda, raso y ajustado al palo, un servicio de Xavi. 3-1. M. 55. Messi asiste con la derecha para Eto'o, que controla con la derecha y ejecuta con la izquierda. 4-1. M. 62. Eto'o culmina una asistencia de Messi. 5-1. M. 76. Eto'o remacha un pase de Bojan.
Árbitro: Velasco Carballo. Sin amonestados.
71.979 espectadores en el Camp Nou.
Reapareció la versión atrevida de Ronnie, que se marcó un regate ya olvidado
La contienda duró lo que le dio la gana a Messi, más universal que nunca
Vea la partida |
Encuentros como el de anoche se ganan o se pierden por inercia, en función del estado anímico y futbolístico, y el Barça mejora con el tiempo, recupera jugadores y juego, además de hábitos como la velocidad de balón y marcadores, y tiene a Messi. La contienda duró hasta que le dio la gana a Messi, desequilibrante como regateador y también como pasador, más universal que nunca, coreado por la afición cuando se retiró de la cancha un poco después de que fuera sustituido Ronaldinho, igualmente ovacionado. Perseveró El Gaucho por mantener la titularidad mientras Eto'o firmaba un rotundo hat-trick. Formó después de mucho tiempo la delantera más conocida en el estadio azulgranza, Messi-Eto'o-Ronaldinho, y el Barça recuperó buenas sensaciones para despachar al Levante con tanta naturalidad como rotundidad.
Jugó el Barça incluso con un punto de comodidad reprobable en la salida, por más ejercicios de supervivencia que haya vivido. El partido requería simplemente un poco de nervio competitivo, y los azulgrana se recrearon en exceso en el bienestar, convencidos de que habían dado de nuevo con la tecla, como si ya hubieran tragado con todo el polvo de la Liga y les aguardara un estupendo final de temporada. Así que de salida gansearon un rato para después adornarse en sus llegadas. Al cuarto de hora cayó un gol como se podían haber cantado dos, circunstancia que abonó la actuación de Ronaldinho, especialmente participativo. Reapareció la versión atrevida de Ronnie, que se marcó un regate ya olvidado como la elástica, signo de mejora en un futbolista que aprende a jugar fácil, a tocar de primera, a acompañar la jugada.
No acertó Ronnie en la boca del gol y el Barcelona se tumbó a la bartola para suerte del Levante, cuya actuación no pasó de la hora. Mereció el empate, alcanzado después de una tontería de Zambrotta, que delató la distracción y desidia azulgrana, y asumió también el 5-1 con resignación. El 1-1 se veía venir a la media hora, de la misma manera que después se anunciaba la goleada azulgrana. A la discontinuidad barcelonista siguió el intervencionismo de Messi. El argentino marcó el segundo tanto en una jugada muy suya, por el recorte y el remate, y asistió luego a Eto'o con la derecha para sentenciar la contienda. Efectivo en el desmarque y la ruptura, el camerunés estuvo igualmente preciso, y sus goles son la mejor noticia para un equipo de juego caudalos y necesitado de puntería.
Messi pone el juego y Eto'o marca los goles, como se le exige a un 9, en una asociación tan vieja como el futbol. Incluso con rotaciones -Deco y Henry ni siquiera fueron convocados-, vuelve a jugar el Barça. Ha pasado el miedo en el Camp Nou y vuelven el medio centro, los delanteros, el ariete, los goles y la diversión en el Barcelona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.