Relájense y disfruten

El teatro de la Zarzuela ha vivido una semana feliz. Comenzó el lunes con una lección magistral de canto y presencia escénica de Susan Graham y se completó anteayer con la presentación de La Generala, una zarzuela a caballo entre Oxford y Cambridge, con aires de opereta, en la que Emilio Sagi construye un espectáculo lleno de ritmo y gracia, extrayendo lo mejor de un gran elenco de cantantes-actores.

Sagi le tiene cogido el pulso a La Generala. Hace cinco años la dirigió en la Volksoper de Viena como Die Generalin, con diálogos en alemán. La producción se instalará en primavera en el Châtelet de París, teatro donde Sagi ha cautivado con El cantor de México.

Le van al director asturiano los mundos cercanos a la revista y el teatro de variedades. Saca petróleo del desierto, consiguiendo que la comedia elegante arrincone a la astracanada. Carmen González pisa el escenario con carácter y seguridad; Ismael Jordi redondea un fraseo refinado; Sonia de Munck despliega un lirismo de gran fuerza; Luis Álvarez revalida su clase de cómico a la antigua usanza; Itxaro Mentxaka consigue probablemente su actuación más brillante; y Enrique Viana borda un sentido del humor tan particular como atractivo. Orquesta y coro contribuyen con acierto a redondear el trabajo.