"En un grande cambiaría mi importancia pero no mi juego"

Daniel Alves (Juazeiro, Brasil; 24 años) llegó al Sevilla en diciembre de 2002. La afición del equipo andaluz le acogió con más pitos que palmas. Ni su estilo ni su porte hacían presagiar la estrella en la que se ha convertido, un jugador capaz de mover a su equipo desde el lateral derecho. Tras frustrarse su pase al Chelsea en verano, Alves ha recuperado el ánimo para capitanear a un conjunto que recibe al Barça (22.00, La Sexta) en horas bajas de personalidad y juego.

Pregunta. ¿Qué le dice a sus compañeros el capitán del Sevilla en estos momentos tan amargos?

Respuesta. No he cambiado mucho con respecto a cuando no era el capitán. Lo que se habla en el vestuario lo hacen tanto los capitanes como los que no lo son. El papel del capitán destaca más cuando toca hablar con el entrenador o con el presidente. Por supuesto que el capitán o los capitanes tienen un poquito más de peso en el vestuario, pero en la actual plantilla cada uno tiene su importancia y su influencia en el grupo.

"Repetir lo que se consiguió la temporada pasada es imposible"

P. Pero el conjunto ya no genera la sensación de conjuro que seducía a los aficionados e intimidaba a los contrincantes hasta hace bien poco tiempo.

R. Por supuesto que ha cambiado muchísimo desde que yo llegué al club. Por nuestra plantilla han pasado muchos futbolistas en estos años, algunos de ellos, famosos y cotizados en todo el mundo y con una personalidad y una manera de entender su trabajo fuerte y determinada. Antes, pasábamos más tiempo juntos y casi todas las semanas teníamos algo que hacer en equipo y hoy, con las culturas diferentes, con las mentalidades diferentes... No convivimos tanto. Pero también hay que saber vivir con esto. Cada uno tiene su mentalidad y cada uno tiene su futuro.

P. ¿Cree que lo que sucede en el vestuario ha afectado al trabajo del equipo?

R. No hay que darle mayor importancia. En el fútbol siempre les pasan cosas inesperadas a unos y a otros; si no, ganaría siempre el mismo. Clubes con muchísimos más medios que el Sevilla han pasado por crisis de juego y resultados y no vamos a ser nosotros los únicos a los que no nos pase. Cuando se está creciendo, a veces toca dar un pasito atrás. Tampoco se pueden olvidar todas las cosas inesperadas que hemos vivido en este club desde el verano, cosas importantes, que no se pueden olvidar y que, sin querer buscar excusas, nos han afectado mucho.

P. ¿Y usted que cree?

R. Conseguir todo lo que se consiguió la temporada pasada es imposible. El año pasado, si el balón pegaba en el palo después entraba mientras que en éste sale rebotado. El equipo ha cambiado bastante con la llegada de nuevos y buenos jugadores lo que, lógicamente, ha introducido variantes al juego que antes ejecutábamos casi de memoria. Para construir el buen equipo que queremos y podemos lograr necesitamos tiempo. Las recientes victorias nos han dado algo de la tranquilidad que necesitamos.

P. ¿Cómo encajó el equipo la precipitada salida de Juande Ramos para fichar por el Tottenham?

R. La verdad es que no fue nada fácil. Tampoco es fácil incorporar gente nueva al conjunto. Manolo Jiménez tiene un carácter completamente diferente al de Juande. El nuevo míster vive los partidos muchísimo mientras que el anterior enfocaba su trabajo con más tranquilidad... Todos estos cambios exigen trabajo y tiempo.

P. ¿Pecó el Sevilla de soberbia tras sus éxitos?

R. Para nada, nosotros no hemos bajado el pistón en ningún momento, yo creo que trabajamos incluso más que antes. Lo que nos ha faltado ha sido una serie consecutiva de buenos resultados que habrían acabado con las dudas.

P. Una de esas cosas inesperadas que le sucedieron al equipo fue el intento del Chelsea de ficharle por cinco años y un sueldo de más de seis millones de euros por temporada. El presidente, José María del Nido, no aceptó la oferta y llegó a atacarle públicamente.

R. Tenía una oportunidad muy buena de mejorar y yo quería aprovecharla, pero como no sucedió lo que me conviene es olvidarlo. A mí no me molestó que él defendiera lo suyo y creo que a él no le molestó que yo hiciera lo propio por lo mío. Yo quiero abandonar el Sevilla por la puerta más grande. Porque creo que me lo merezco y porque no quiero acabar mal con el club al que se lo debo todo.

P. Usted nunca ha ocultado que su deseo es acabar en uno de los grandes clubes del mundo.

R. Jugar en uno de esos clubes influye mucho en tu carrera y en tu vida. Los títulos, la atención del seleccionador, los ingresos... Es lo que yo quería, mejorar como profesional, mejorar como persona y que mejoren todos los que me rodean, que en mi caso es mi familia, que es muy grande.

P. En otro equipo, lo mismo le hacen defender más.

R. Yo creo que cambiar algo que te ha ido bien sería cometer un error. Si alguien se ha interesado por mi trabajo será por lo que hago y no para cambiar mi manera de jugar. Sí es cierto que en un club con muchos jugadores de calidad mi aportación quizá no fuera tan importante como lo es en el Sevilla.

P. Lo que está claro es que al final de esta temporada algunos de esos grandes equipos volverán a llamar a las puertas del Sevilla para preguntar por usted. Entre ellos, se dice que el Barcelona.

R. Seguro que habrá rumores sobre 50 o más equipos, pero no puedo pensar en esto. Tras lo que sucedió en el pasado verano, le pedí al club que me diera tiempo para recuperarme de la desilusión de no fichar por el Chelsea. Poco a poco estoy volviendo a jugar bien. Y en eso es en lo que tengo que pensar, en nada más.