Tambores de guerra en ERC
Carod y Puigcercós retomarán la batalla por la dirección republicana tras el 9-M
Hasta las elecciones generales los líderes de Esquerra Republicana (ERC) Josep Lluís Carod Rovira y Joan Puigcercós tienen acordado un pacto de no agresión. El Gobierno catalán es lo primero, pero habrá partido para ver quién es el nuevo líder independentista. Una vez que se haya aclarado el panorama en La Moncloa y en el Congreso, el actual presidente de la formación, Carod, y el secretario general de la misma, Puigcercós, iniciarán una guerra de guerrillas con vistas al próximo congreso de Esquerra, previsto para otoño.
Se confrontarán dos visiones de entender el partido y también de entender el Gobierno de la Generalitat y el tacticismo de las Cortes. Carod ha aparcado sus planteamientos más radicales y, a pesar de plantear un referéndum de autodeterminación para 2014, defiende a ultranza la continuidad del tripartito, aunque sea a coste de bajar su perfil. En la otra esquina se encuentra Puigcercós, que manteniendo el apoyo de la nomenklatura del partido, ha visto cómo su poder en la estructura es ahora limitado. Puigcercós disfruta estando en el Gobierno, pero antes que nada quisiera ser candidato.
Un buen ejemplo de la diferencia es que con la "moción trampa" de CiU sobre el trazado del AVE en el Parlament, Carod abogó por la abstención y molestar lo mínimo al tripartito. Puigcercós fue más comprensivo con el candidato Joan Ridao y con la ocasión mediática que proporcionaba un desmarque de sus socios. Batalla asegurada.
'Caucus' independentistas
En el último congreso de ERC, el XXIV, celebrado en Lleida el alma del partido casi se quebró. ¿Por qué? Pues la dirección quería abandonar el asamblearismo que había sido marca de la casa desde 1931 con el objetivo de establecer un sistema de delegados "más democrático" y a la vez más cómodo en un partido que había duplicado su militancia en pocos meses alcanzando los 9.000 miembros. Pero los afiliados hicieron valer su privilegio y tumbaron las intenciones de la ejecutiva. Seguía el asamblearismo. Lo que sí recibió luz verde fue cambiar el método de elección de los líderes. En lugar de votarse en el Congreso éstos serán elegidos previamente mediante urnas repartidas en todas las asociaciones locales. En el Congreso sólo se decidirá la composición de los órganos secundarios.
¿Carod volverá a presentarse como presidente y Puigcercós como secretario general o ambos se disputarán la presidencia? Una buena pista para responder esta pregunta es que recientemente ambos dirigentes están "haciendo territorio" y dejándose ver y querer en multitud de actos por varias comarcas, cada voto y cada militante cuentan al más puro estilo de primarias norteamericanas. Fuera de la agenda de la Generalitat se ha visto a Carod por Manresa y Olot y a Puigcercós por los distritos barceloneses de Sant Martí y de Nou Barris. Ambos actúan como candidatos.
Puigcercós, indeciso
Hasta hace pocas semanas se daba por seguro que no habría pugna, pero los movimientos por varias comarcas prevén que "empiece la guerra termonuclear", según fuentes próximas a uno de los líderes. Hasta el momento Puigcercós no ha querido enfrentarse al actual consejero de la Vicepresidencia, pero según fuentes cercanas "eso está cambiando y puede dar el paso".
Mención aparte merecen los críticos de Reagrupament.cat del ex consejero Joan Carretero y Esquerra Independentista del diputado Uriel Bertran, que tendrán diferente recorrido previsiblemente. Mientras Carretero se plantea presentarse a presidente o a secretario general, Uriel Bertran podría volver al sector del que salió, el de Puigcercós. Eso sí, el joven diputado reclama ahora mayor cuota de protagonismo.
¿Peligra el tripartito?
Los sectores tradicionales de ERC están cambiando. Y también sus intereses. ¿Es necesario gobernar para alcanzar la independencia? ¿Y hacerlo con la mayoría de izquierdas? Ahora hay pocos interrogantes pero de aquí al Congreso todo puede ser diferente. ¿Qué está cambiando? Una novedad es que Carod está haciendo lo que nunca ha hecho: implicarse en el partido y su estructura y eso tiene sus beneficios. Carod hoy prefiere el tripartito. Puigcercós, igual. Pero ambos deben lidiar con una base de militantes descontentos con la "sumisión" excesiva a los intereses del PSC.
El sector carodista ha crecido y tomado apoyos incluso en feudos de Puigcercós como Girona y el área de Barcelona. Harina de otro costal es Lleida, donde todos van por libre, mientras que en Tarragona algunos carodistas clásicos se oponen a la dirección al completo.
Se ha perdido el miedo al aparato del partido y los seguidores de Carod recuerdan que más del 30% de la militancia son nuevas incorporaciones con simpatía por el presidente de ERC. Queda por ver si los nuevos militantes apoyan el tripartito.
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