El Madrid, atento al retrovisor
El Barça, con un gol de Xavi a última hora, se sitúa a seis puntos del equipo de Schuster - El Atlético sólo empata con el Murcia y Agüero se lesiona - El Valencia vence en Valladolid - El Athletic se desploma
Xavi nunca se ha distinguido por ser un goleador, pero cuando da en la diana copa las portadas. Ayer, a una campanada para el final del partido Barça-Osasuna, el metrónomo azulgrana evitó un patinazo mayúsculo de su equipo y dio carrete a la Liga, que se ajusta algo más en cabeza tras el fiasco del Madrid ante el aplicado Almería de Unai Emery. Seis puntos separan ahora a los dos imperios del fútbol español cuando faltan 16 jornadas, un viaje lunar. El Barça sufrió un calvario ante el conjunto navarro y no dejó huellas que permitan pronosticar una remontada himalayesca. El Madrid falló en Almería, pero tres derrotas en 22 encuentros no hacen prever una catarsis madridista. No obstante, el fútbol late de acuerdo con los intereses de cada barrio y siempre concede argumentos partidistas. Esta semana, es posible que en Barcelona rebobinen hasta el curso 98-99, cuando Xavi, con un gol en Valladolid, evitó que Van Gaal se fuera al paro y los azulgrana, que llevaban cuatro derrotas encadenadas, hilaron siete victorias consecutivas y terminaron por ganar el título. También habrá quien aluda a las malas segundas vueltas que han distinguido a varios de los equipos tutelados por Bernd Schuster. En los aledaños de Chamartín se subrayará que nadie ha remontado una desventaja como la que tenía el Barça hace una jornada. En cualquier caso, la Liga ha cobrado vida y febrero, con la vuelta de la Liga de Campeones, dispara las incertidumbres. Es frecuente que Europa distraiga más de la cuenta.
Por ahora, la única premisa incuestionable es que el Madrid ha sido mucho más eficaz que el Barça, un equipo mejor cuajado, más directo y con un vestuario más solidario. Al fútbol del Barça le sobran arabescos frente a la portería adversaria. En contra de su genética, hoy es mucho más fiable en el balcón de Víctor Valdés. Pero en el fútbol las evidencias no siempre cuentan, las emociones son transferibles. Ahí está el Valencia.
En cinco días, el equipo de Koeman ha sofocado una erupción institucional de enorme magnitud: se ha clasificado para las semifinales de la Copa y ayer respiró en Valladolid (0-2). Todo lo contrario que su víctima copera. Al mejor Atlético en años el Madrid le dejó tan noqueado que se ha despeñado en diez días. Fuera de la Copa, cayó en Mallorca y ayer sólo empató ante el Murcia. Encima, perdió a Agüero, que estará unos diez días de baja.
En el fútbol nada es seguro. Todo puede mutar. O, al menos, aparentarlo para deleite de los aficionados y demás intereses periféricos.
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