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Galán se opone a cualquier operación para trocear Iberdrola

La eléctrica vende el 3,8% de Galp por 478 millones

La eléctrica Iberdrola se ha convertido, una vez más, en el centro de atención de la Bolsa, los analistas, los bancos de inversión y los inversores en general. Aunque esta vez no es por deseo de su presidente, Ignacio Sánchez Galán, sino a su pesar. El insistente rumor sobre una posible entrada de la eléctrica estatal francesa EDF en la compañía española, para lanzar una OPA conjunta con el principal -e incómodo- accionista de Iberdrola, ACS, provocó ayer un alud de declaraciones y de desmentidos sobre posibles acuerdos y connivencias para el reparto de Iberdrola.

El presidente de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán, al que le silban los oídos desde hace semanas, salió al paso de la información publicada ayer por el diario Financial Times (daba cuenta de conversaciones entre ACS y EDF para controlar Iberdrola) para mostrar su oposición.

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Sánchez Galán afirmó que un proyecto que plantee trocear Iberdrola no sería "ilusionante". Con una dialéctica florentina, lanzó un dardo intencionado y añadió que desde Iberdrola se cree en la "economía real, no en la economía especulativa" y se trabaja para que los accionistas tengan cada día "más valor".

"No nos hacen falta intermediarios para vender la sociedad a pedazos, nos hace falta gente para construir más la empresa", aseguró. "Si en algún momento los accionistas quieren que troceemos Iberdrola, sabemos perfectamente cómo hacerlo", recalcó.

Cuando Sánchez Galán realizaba tales declaraciones, durante una visita a Puertollano (Ciudad Real), la hipótesis de una posible OPA en su contra ya había tenido efectos importantes. Primero, en la Bolsa, con la suspensión temporal de la cotización de Iberdrola e Iberdrola Renovables (que cerraron con ganancias del 3,5% y del 3,6%, respectivamente). Y segundo con un alud de reacciones y desmentidos encabezados por ACS. La constructora que preside Florentino Pérez comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) algo tan evidente como ambiguo: que "no ha alcanzado acuerdo alguno" con EDF para formular una OPA sobre Iberdrola.

Fuentes de la compañía añadieron que las líneas estratégicas con las que trabaja la constructora no han variado desde hace meses. Esas líneas son la fusión Iberdrola-Unión Fenosa (controlada por ACS) o, en caso de que no sea posible, la salida ordenada -y rentable- del capital de Iberdrola. Esas líneas de trabajo deberían concretarse después de las elecciones.

EDF sumó su propia declaración pincharrumores a la de ACS y un portavoz, según Efe, aseguró que la empresa francesa "se sorprende de la multiplicación de rumores de los últimos días en un contexto particularmente volátil de los mercados".

Por parte del Gobierno español, al que se atribuye conocimiento de la supuesta operación EDF-ACS, también hubo aclaraciones. El ministro de Industria, Joan Clos, dijo que no tiene constancia de que los presidentes de España y de Francia hayan tratado sobre la posible OPA y fuentes de La Moncloa aseguraron desconocer cualquier operación sobre el capital de Iberdrola.

En este contexto agitado, Iberdrola anunció ayer la venta de su participación del 3,83% en la petrolera portuguesa Galp Energía (que ha registrado fuertes subidas por el descubrimiento de reservas en Brasil con Petrobras) por 478,1 millones de euros. La operación le ha supuesto una plusvalía de 370 millones de euros.

Según comunicó la eléctrica a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el banco de negocios Merrill Lynch International ha colocado entre inversores institucionales 31,7 millones de acciones de Galp a un precio de 15,05 euros por título. En los días precedentes, Iberdrola ya había vendido el 0,17% de Galp.

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