Touriño acepta debatir con Quintana y Feijóo en TVG

Habrá debate televisivo entre los líderes de los tres principales partidos de Galicia (PP, PSOE y BNG) con motivo de las elecciones generales de marzo, siempre y cuando den su visto bueno la Junta Electoral y el consejo de administración de CRTVG.

El secretario general de los socialistas gallegos y presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño, aceptó ayer la invitación de sus contrincantes, el nacionalista y vicepresidente, Anxo Quintana, y el popular Alberto Núñez Feijóo, de reunirse en un plató para analizar los retos de Galicia ante una nueva legislatura de las Cortes. "Galicia se juega mucho en estas elecciones, que son decisivas al ser de ámbito general", declaró ayer Touriño. Y justificó en esa importancia el hecho de aceptar esta vez un debate televisivo con sus rivales que descartó en los comicios municipales del pasado mayo. "Estas elecciones son equivalentes a unas autonómicas y yo soy secretario general de un partido, el PSdeG, que se presenta en Galicia", subrayó Touriño.

El líder del PSdeG consideró además que el debate es necesario para establecer los retos de la comunidad en el contexto del Estado, ante una cita en la que se juega "si avanza o retrocede, si obtiene o no inversiones". Nada que ver, apostilló Touriño, con el "revival con olor a naftalina que propone Rajoy" cuando prometió un Consejo de Ministros en el Palacio Municipal de María Pita como el de 2003, en plena catástrofe del Prestige, en el que había participado junto a José María Aznar.

Voto emigrante

De las elecciones habló también ayer en A Coruña el ministro de Trabajo, Jesús Caldera, para invitar a todas las fuerzas políticas a consensuar la propuesta socialista de crear, para el 2012, una circunscripción especifica de los españoles residentes en el extranjero. No les otorgará más derechos, precisó, sino que se trata de "mejorar su participación política" en los comicios de ámbito estatal. No obstante, Caldera aplazó la discusión sobre el sistema de voto de los emigrantes, tan contestado en la actualidad por las posibilidades de fraude y la dificultad de ejercer el derecho al sufragio en países con deficientes servicios de correos.

El ministro apostó por una combinación entre el voto por correo y en urna, porque, dijo, "es difícil instalar una en un pueblo, por ejemplo, de la Pampa argentina".