"En el tenis hay mucha gente peligrosa"

Mats Wilander (Suecia, 1964), ganador de siete torneos del Grand Slam y de tres Copas Davis, sigue pegado a la polémica como comentarista de Eurosport y entrenador de Paul Henri Mathieu. Compra una Coca-Cola, abre un helado que le va goteando en el pantalón y atiende a EL PAÍS.

Pregunta. ¿Qué le parece el nivel de juego en el Abierto?

Respuesta. Muy alto. Extremadamente alto.

P. ¿Mejor incluso que en sus tiempos?

R. No pretendo ser borde, pero es como comparar un Mercedes 500 de los años 80 y un Mercedes 500 de 2008. Ahí se acaba. El conductor es el mismo, pero conduce diferente porque el coche es diferente.

P. Siempre se dice que ustedes eran jugadores más inteligentes, más tácticos, menos mecánicos.

"No teníamos fuerza por las raquetas. Ahora tienen un arma en las manos"

"El tenis vuelve a ser un deporte completo. Hubo un tiempo en el que no lo fue"

"Sampras nunca trabajó para mejorar. Nadal siempre intenta cambiar algo"

"Me gustaría ver a más jugadores con vidas normales. Se lesionarían menos"

R. Federer ha llevado el deporte a otro nivel en términos de técnica en los dos últimos años. Te dices '¡Me cago en la puta! ¿Puede hacer eso?' El tenis está volviendo a ser un deporte muy completo. Hubo un tiempo en el que no lo fue. Teníamos a Goran Ivanisevic, pistas y bolas más rápidas, servicio y volea, y ningún interés en mantener la pelota en juego. Hoy tienes que ser capaz de hacer de todo.

P. También hay más dinero, más medios y más patrocinadores.

R. No creo que eso destruya a los jugadores, sino a la gente que está a su alrededor. Los jugadores juegan por su pasión por el deporte. Son los padres los que no pueden acostumbrarse al dinero. Son los agentes los que no pueden. Los jugadores son devotos de su deporte. Lo que debemos vigilar es a los medios, a los padres y a los agentes.

P. ¿Por qué hay que vigilar a los medios de comunicación?

R. Un ejemplo: los franceses con Tsonga. Le hacen venir al club cuando no juega. Es una completa mierda. Debería tener la oportunidad de centrarse, pero como los medios tienen que vender, como no se les puede ocurrir una historia a ellos solos, le piden que venga. ¡Venga hombre! Todos los escándalos... Es la gente que rodea a los tenistas la que se entrampa y les da demasiadas oportunidades para apostar por el dinero y no por el deporte.

P. ¿Cuántos jugadores se perderían la final de la Copa Davis por amor?

R. Era el único momento en el que me podía casar: el tres de junio de 1987. Si sus mujeres les presionaran lo suficiente, seguro que otros lo harían. Es importante no dejar que el deporte se convierta en un negocio. Me gustaría ver a más jugadores viviendo vidas normales, porque pienso que tendrían menos lesiones. Muchos jugadores se rompen física o mentalmente porque les presionamos demasiado pronto. Jennifer Capriati, por ejemplo. Hay mucha gente peligrosa en el tenis.

P. Resuma su carrera.

R. Mi mayor éxito es haber mantenido viva la pasión. Mi remordimiento más grande, haberme presionado a mí mismo demasiado.

P. ¿Qué recuerda de Björn Borg? En su único enfrentamiento perdió 6-1 y 6-1.

R. Me regaló el primer juego y el duodécimo. Se sentía mal por aquel pequeño júnior.

P. Ha sido entrenador del ruso Marat Safin y ahora de Mathieu. ¿Qué ha descubierto en esta faceta?

R. Que intentar decirle a un chico hoy, 'mira, eso no es inteligente, deberías hacer esto otro' es como intentar decirme a mí en los 80 que debería arriesgar más en el segundo servicio. '¿Estás tonto?', le hubiera contestado. Así que si le digo hoy a alguien que tiene que darle más curva a la bola, me va a decir... '¿Estás loco? ¿Sabes lo que pasa si hago eso?

Fernando González corre alrededor y la pega a 150 kilómetros por hora para conseguir un golpe ganador cuatro de cada cinco veces'.

P. ¿Tanto han afectado los nuevos materiales al juego?

R. Nosotros no teníamos fuerza ni energía, principalmente por las raquetas. Por muy fuerte que fueras no podías pegar golpes ganadores, o podías hacerlo con tiros estúpidos tras trabajar mucho más el punto que ahora. Ahora tienes un arma en la mano. Es cuestión de ser muy, muy fuerte. El factor principal son las cuerdas: cuanto más fuerte eres, más spin le puedes dar a la bola y el resultado obvio es que entra más fácilmente. En cualquier caso, los más inteligentes siguen ganando: Federer, Nadal y Djokovic.

P. Son sólo tres. En sus tiempos jugaban usted, Ivan Lendl, John McEnroe, Jimmy Connors, Stefan Edberg, Yannick Noah, Vitas Gerulaitis, Boris Becker...

R. Nosotros teníamos ocho o diez tíos que siempre llegaban a cuartos. La gran diferencia es que cinco de esos diez compartían todos los títulos. Nosotros no teníamos a Federer. Ganar dependía de una cosa más mental.

P. ¿Cómo consiguió entonces ganar torneos en tierra, pista dura, hierba...?

R. La clave no fue centrarme en ganar, sino en convertirme en un tenista completo. También, tener respuestas el día que jugaba como una mierda o contra un oponente de pesadilla en mi peor superficie. Incluso en esa situación, eres lo que haces. Usé eso para ser lo mejor que pudiera en todas las superficies y aprender todos los golpes. Algunos tíos trabajan y otros no. Algunos, ni eso. Saben que pueden pegar y salir de situaciones difíciles.

P. ¿Quién no trabaja?

R. Pete Sampras. Nunca intentó mejorar su revés en tierra, ni intentó buscar su estilo de juego en tierra. Nunca estuvo lo suficientemente en forma, ni fue mentalmente lo suficientemente fuerte para hacerlo. Suena duro, pero es la verdad. Es un extremo. No quiero mencionar más jugadores. Nunca, a mis ojos, lo intentó. Nunca.

P. ¿Y quién trabaja?

R. Todos. Federer, definitivamente. Intenta mejorar su servicio para conseguir más puntos ganadores. Eso va un poco en contra de su naturaleza. Aunque parezca que juega muy guay, es un jugador de porcentajes. Y Nadal. Está sacando y voleando. ¡Lo hacía en Roland Garros en el entrenamiento entre la semifinal y la final! ¿Por qué emplear 20 minutos en eso? Pues porque se enfrenta a Federer y puede que haya un punto en cuatro horas en el que haga eso. Y quizás ese punto le dé la vuelta al partido.

P. Los ex campeones suelen considerar a Nadal técnicamente limitado.

R. A mí me gusta. No creo que esté limitado. Cada vez que le veo me doy cuenta de una diferencia. Siempre está intentando cambiar algo: mejor servicio, el slice, aplanar su drive... trabaja. No puedes cambiar en una noche. La gente me dice 'Guauu, jugaste contra Lendl sacando y subiendo a la red...' Y yo contesto: 'No visteis mis partidos, visteis mis finales, no todo lo que cambié desde que tenía 19 años'.