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5.000 personas rezan por la "familia tradicional" y la derogación de leyes

Un centenar da gays y lesbianas equiparan el catolicismo con el fascismo

Blanca Cia

Ni la ley del aborto, ni la de matrimonios homosexuales, ni la del divorcio, ni tampoco la legislación en materia de enseñanza. Todas esas leyes y normas deberían derogarse porque atentan contra el matrimonio tradicional, la vida, y el derecho de los padres sobre sus hijos. Y procrear, procrear mucho. Fueron las ideas remachadas una y otra vez, y aplaudidas, en el acto que ayer reunió a 5.000 personas -explicaron los organizadores- en el Palacio de Congresos de Barcelona.

En el acto se criticó la legislación sobre el aborto, el divorcio y el matrimonio gay
Duran Lleida (Unió) y Sirera (PP) asistieron al encuentro de cristianos
Acusaciones a los gobiernos socialistas de imponer el laicismo
Concentración de gays y lesbianas contra la homofobia católica

El principal convocante del acto fue la organización radical católica E-Cristians y otras entidades que defienden la familia tradicional. El acto fue precedido por una homilía presidida por el arzobispo de Barcelona, cardenal Lluís Martínez Sistach. El mensaje de la homilía no tenía ninguna doblez: "El matrimonio y la familia constituyen el primer campo para el compromisio social de los laicos cristianos".

Cristianos había muchos en el acto y también sacerdotes con alzacuellos. Y muchos niños. Tantos que, además de las salas, se organizaron varias dependencias para tener a los críos entretenidos: Guardería, de 2 a 4 años y de 5 a 8 se leía en los letreros.

Algunos líderes políticos se dejaron caer por el Palacio de Congresos: Josep Anton Duran Lleida, cabeza de lista de Convergència i Unió (CiU) en las elecciones generales -que se fue muy pronto-; Daniel Sirera, el primero del PP catalán para el 9-M; su compañera de partido Dolors Nadal, y el concejal, también del PP, Jordi Cornet. Pese a que un sinfín de voluntarios controlaban el orden en el interior del palacio -transmisor en mano reclamaban "más formas" para la comunión porque se habían acabado-, no pudieron evitar que se les colaran cuatro jóvenes que subieron al estrado con pancartas contra la ofensiva catolicista. Los cuatro participaban en una concentración de gays y lesbianas que se celebró a las puertas del palacio. La familia nuclear es radiactiva, se leía en la pancarta que portaban. Los cuatro fueron bajados en volandas tras ser abucheados por un público que sólo quería oír hablar de familia y orden.

Todos los discursos fueron por esos derroteros, con críticas abiertas a los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero y José Montilla.

"Con la legislación española sobre el aborto, el lugar más peligroso para un niño es el vientre materno", dijo desde el estrado Josep Alsina, de la Universidad Abad Oliva, vinculada al Opus Dei. Porque el aborto, el matrimonio y la exaltación de la familia tradicional fueron los ejes de las intervenciones. "El matrimonio está menos protegido que un contrato de alquiler", apuntó Daniel Arasa, periodista y destacado defensor de la familia. A juicio de la doctora Dolors Volta, miembro de Pro-Vida, España se ha convertido en el paraíso del aborto de Europa.

No faltaron las críticas a los medios de comunicación "por hacer campañas contra la familia". Las causas del fracaso escolar, se aseguró desde el estrado, son las "familias desestructuradas". Léase las familias no tradicionales.

Mientras, en los pasillos había algo parecido a mesas petitorias en versión suscripción, de E-Cristians, de recogida de firmas contra el trazado del AVE, de Joves Cristians y de Profesionales por la Ética; en la sala principal arreciaban los aplausos cuando al estrado subió una pareja con sus diez hijos y veintitantos nietos: "Yo era un esclavo de la fornicación hasta que vi la luz", relató el hombre. Aplausos. Después de su intervención, su mujer, guitarra en mano, se arrancó con la canción de misa Resucitó, que fue coreada por toda la familia y buena parte del público.

El punto final lo puso el líder de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol, quien después de arremeter contra la permisividad del aborto -advirtió que seguirá con la cruzada contra las clínicas abortistas- y los gobiernos tanto central como catalán por "imponer el laicismo", pasó a la cosa más práctica de pedir dinero para sufragar los gastos del encuentro -las salas y los siete autocares- que pasaron de 22.000 euros.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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