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La precampaña electoral

'Estrategia Blair' para controlar la agenda

Luis R. Aizpeolea

La clave de la victoria de los socialistas en estas elecciones está en la movilización del voto de abstencionistas e indecisos, y para ello tienen que lograr que en el debate público estén presentes los valores y políticas de la izquierda. Es el reto estratégico más importante que les queda por superar, una vez que tienen ganada la batalla por el liderazgo -Zapatero supera ampliamente a Rajoy en todas las encuestas- y que aventajan al PP en el pulso entre equipos, ya que hasta la precampaña no han planteado alternativas.

Los socialistas, según sus informes internos, creen, también, que han avanzado en el control de la agenda política en las últimas semanas. Desde que a fines de 2007 se detectó la desaceleración económica, el PP cedió el debate sobre terrorismo y política territorial, dominante en la legislatura, en favor de la política económica y social.

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Los socialistas, según sus informes, se sienten reforzados en el debate de los problemas cotidianos porque les permite explicar los logros y propuestas de su Gobierno en política económica y social, lo que apenas han podido hacer en la legislatura.

Algunos informes que manejan los socialistas, además de proponer a sus candidatos que acepten todos los debates con el PP, plantean el establecimiento de vías de comunicación directa con los ciudadanos. El programa de televisión Tengo una pregunta para usted -en el que participaron Zapatero, Rajoy y otros líderes-, más allá del éxito de audiencia, reveló que la intervención directa de los ciudadanos llevó el debate al terreno que más desean los socialistas: al de las políticas cotidianas.

Los socialistas recuerdan la experiencia del Partido Laboralista en el Reino Unido en las elecciones de 2005. Ante un debate público centrado en la guerra de Irak, lograron invertirlo y centrarlo en los logros económicos y sociales de Tony Blair. Para ello recurrieron al "diálogo con los ciudadanos", aprovechando las nuevas tecnologías. Participaron Blair, sus ministros y diputados y el efecto fue que, si en septiembre de 2003 el 43% de los británicos creía que Blair había perdido el contacto con la gente, en abril había bajado al 36%.

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Los socialistas también están desarrollando la estrategia de lanzar mensajes selectivos sobre sus tres ejes principales de la campaña -modernización, cohesión social y ampliación de la democracia- y no diluirlos en un discurso general. Asimismo, darán prioridad a explicar con ejemplos concretos su política social más que en lucir cifras globales, que pueden llegar a generar la sensación de trampa.

La figura emergente del PP, Manuel Pizarro, no preocupa excesivamente a los socialistas por sus "aristas" -"se ha hecho rico con el Gobierno del PP", dicen-. No sucede lo mismo con la desaceleración económica que, aunque se sabe que es un problema internacional, necesita un horizonte de seguridad. Ahí deberá emplearse a fondo a Pedro Solbes.

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