Marcelino y el equipo inesperado

Cuando el Racing comenzó la pretemporada, Marcelino García Toral parecía comprometido con el Betis, aunque al final prefirió entrenar al equipo cántabro. Dos semanas antes de su debut, el club vendió al Valencia a Zigic, su máxima referencia ofensiva. Y sólo a falta de tres días para debutar contra el Barça hizo su aparición en Santander el delantero Smolarek, pretendido sustituto del ariete serbio, entre peticiones de dimisión contra el presidente, Francisco Pernía, por su política de contrataciones.

Hoy, media temporada después, ese pasado reciente y caótico aparece difuminado, casi inexistente. El Racing se presenta en el Camp Nou (21.00, Canal +) como un conjunto orgulloso que ocupa puestos europeos y exhibe uno de los juegos más contundentes del torneo, asunto poco previsible en un cuadro formado por nómadas del fútbol, jóvenes promesas y futbolistas resabiados que buscaban el regreso a casa. Un equipo inesperado con el que, en palabras del propio Marcelino en la recta inicial de la campaña, "sería ilógico pensar en otro objetivo que no sea la permanencia". Pero la realidad del fútbol resulta imprevisible. "Ya teníamos un buen bloque de la temporada pasada", explica Pinillos, "al que se han sumado los nuevos, que han llegado para sentirse importantes después de pasar por malos tragos, como Duscher, Jordi López y Jorge López, quienes igual no contaban lo suficiente en sus anteriores equipos".

"Saca el 120% de cada uno", dice Pinillos de Marcelino, su entrenador

También han aparecido fichajes inverosímiles, como el citado Smolarek, que ya ha logrado tres tantos, o Tchité, con cuatro. Esa combinación de trotamundos, novatos, curiosos desconocidos y veteranos ha cuajado bajo la rígida batuta de Marcelino, el técnico del torneo tanto en el Recreativo como ahora en el Racing. "Es un entrenador distinto. Tiene las ideas muy claras, estudia mucho al rival y te inculca cómo sacar el balón, cómo defender y, sobre todo, la fe en el trabajo. Mantiene un estilo y nos ha hecho creer en él", resume el central Oriol. "Saca el 120% de cada uno. No nos deja relajarnos", remata Pinillos. "Además, está su hambre, su ambición de llegar lejos, progresar y crecer", añade el lateral riojano.

Precisamente, la seña de identidad del Racing es su defensa. Es el tercer conjunto que menos goles recibe, tras el Madrid y el Barcelona, y Toño es el segundo portero que más tiempo espera para recoger el balón de la red (un gol cada 110 minutos), por detrás de Casillas. "Todos estamos muy sincronizados y eso se consigue con el trabajo diario", abunda Oriol; "en cada entrenamiento dedicamos media hora exclusivamente a la estrategia defensiva. Nos explica los movimientos de los rivales, montamos una defensa de cuatro y practicamos movimientos o jugamos contra los interiores". "Marcelino nos gritaba 40.000 veces en la pretemporada y lo sigue haciendo para corregirnos", subraya Colsa, canalizador del juego y baqueado en media docena de equipos.