Albert Pla critica el consumo en 'El malo de la película'

Acostumbrado a ser El malo de la película, el cantante y actor Albert Pla visita Granada para poner en escena su última creación dramática, un espectáculo en el que se mezcla el cine, el teatro, la canción, los monólogos y el late show sin ningún tipo de escrúpulos. "Lo haremos sin Antonio Banderas, sin Penélope Cruz, sin guión, sin producción...", advierte en sus créditos el autor de El malo de la película, que retoma su feroz crítica a los valores y costumbres de la sociedad de consumo.

En este complejo montaje han intervenido amigos de Pla, como los cineastas Juanma Bajo Ulloa, Cesc Gay y Joaquín Cerdá, que han introducido pasajes dramáticos y proyecciones. A la nómina de colaboradores se une Judit Farrés, que ha compuesto la música de algunas de las nuevas canciones. "He montado las escenas a partir de la música y viceversa, aunque todo el proceso ha sido bastante complejo, por lo que me reservo algún truquillo", aclara Pla.

Con respecto a la importancia del cine en el montaje, el autor asegura que no es ocasional, ya que desde siempre el género ha sido una de sus grandes pasiones que tal vez se consumen pronto. "Tengo proyectos pero el mundo del cine es mucho más jodido que el de la música", asegura sin descartar ningún plan en el futuro.

Volviendo a la obra que esta noche podrá verse en el Alhambra, el argumento no deja de ser desconcertante. Pla se transforma en un abogado recién contratado por una inmobiliaria internacional con el objetivo de conseguir la transformación de una zona rural en un polígono. "Está centrada en el problema de la corrupción, si bien no me he resistido a tratar otros muchos aspectos de nuestra sociedad", aseguró el artista, que ha compuesto una historia recogiendo el consejo de Jean Cocteau, que solía recibir a los artistas de su tiempo con un "sorpréndame", que trata de satisfacer Pla apoyado en un montaje original a caballo entre el cine y el teatro en el que deambula por lugares como las autopistas, los nacionalismos, el terrorismo, la brutalidad, el sexismo, las relaciones de poder, los cantautores de izquierdas, la frustración cotidiana o el consumo de drogas.

Pese a ello, el autor asegura que se trata de "una obra para todos los públicos", que tiene como objetivo que pueda ser entendida por todos, que no quede ningún espectador sumido en la incertidumbre.

en el teatro alhambra. en en el teatro alhambra. granada. a las 19.00. 12 euros.