Réquiem

Era noche espesa y Ángel González detuvo el auto ante un semáforo en verde. Un patrullero de Nuevo México lo llevó detenido. Él explicó ante el sheriff sureño que se había parado en nombre de la humanidad. El jefe ordenó su ingreso en el calabozo. ¿Qué clase de tipo podía ser ese barbudo quijotesco que se detenía en verde para evitar atropellos? En la celda había quince chicanos con los que cantó y recitó poemas. El sheriff se acercó a las rejas y los mandó callar. Todos fueron saliendo en libertad, salvo Ángel. Y el último en marchar le confió: "Doctor, ¿qué hace usted aquí, intentando civilizar a estos pendejos?".
Ángel siempre se dedicó a civilizar, sabiendo que la naturaleza era extraña. De niño, en la posguerra, vio que una patata cocida se movía en el plato. Pensó que era un episodio del realismo mágico hasta que descubrió que la llevaba en el lomo una cucaracha. Mataron a su hermano cuando era niño rojo, aunque él amaba una muchacha de calcetines blancos. Y en aquellas fechas un antiguo conocido, ufano con los correajes fascistas, le colocó una pistola en el pecho: "Mataremos a toda tu estirpe". Nosotros también intentamos matarlo. Lo llevamos a un acantilado, en el faro de Hércules, como extra en una película. Y él acudió generoso. Era agosto. Buen mes para los crímenes de antaño. Pero ocurrió algo imprevisible. Cuando llegó la hora de fusilarlo, se levantó un temporal no pronosticado. Toda la noche se encrespó furiosa la mar y no hubo forma de abatir al poeta. Dos noches lo intentaron, dos noches el océano lo impidió. Por eso no me creo lo que cuentan los periódicos desde la capital. Esa noticia de que se ha muerto Ángel González. Y si finalmente se confirma, proclamo lo que Antón Tovar cuando tropezó con el entierro de un niño: ¡No estoy de acuerdo!
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Un testigo del atentado en la playa de Sídney: “Vi un cerebro en el suelo, sangraba mucho”
China rememora la masacre de Nanjing en medio de crecientes tensiones con Japón
Una niña muere y dos personas resultan heridas por un atropello en una acera en Palma
Tortilla, escudella y merengue: los sabores de la Fundación Miró en 2025
Lo más visto
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- Los 50 mejores libros de 2025
- Rusia eleva la presión sobre la UE con una demanda para evitar que financie a Ucrania con sus activos congelados
- El jefe de la misión de rescate de María Corina Machado: “Fue una de las operaciones de mayor riesgo en las que he participado”




























































