"La simplicidad debe ser seña de identidad de la canción"
Tras dos años de silencio, Joan Isaac presentó poco antes de Navidad un disco en el que reunía todos los dúos que había realizado durante su ya larga carrera; una grabación llena de grandes momentos que, en realidad, sólo era el aperitivo de su nuevo trabajo, La vida al sol, que acaba de aparecer y que el cantautor de Esplugues de Llobregat presentará esta noche en el Auditori barcelonés (21.00 horas) dentro del ciclo de canción de autor Barnasants.
"Son dos discos muy diferentes", explica Joan Isaac. "Me hacía mucha ilusión recuperar todas esas colaboraciones y tenerlas en un solo disco. Es bonito que muchos artistas hayan apostado por mí hasta el punto de cantar en uno de mis discos. En el fondo, me gusta que sean mis amigos en un oficio como el nuestro, en el que es tan difícil tener amigos".
'La vida al sol', que hoy presenta en el Auditori, nació tras sufrir un infarto
En el disco incluye una rumba, aunque se confiesa "incapaz" de cantar flamenco
Entre esos amigos que colaboraron en Duets se encuentran Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat, Mauro Pagani, Lluís Llach, Els Pets, Aute, Ana Belén... En La vida al sol, en cambio, las colaboraciones son mínimas: el violín de Mauro Pagani en un tema y en otro la voz de Alba Guerrero, un nombre al que es necesario seguir de cerca y que será una de las sorpresas que Isaac ha incluido en su concierto de presentación en el Auditori. La canción en la que Guerrero acompaña a Isaac es una rumba que se aleja bastante del estilo habitual del cantautor. "Es una canción que intenta desmitificar las cosas del amor", prosigue Isaac. "Es una rumba, pero eso no quiere decir que intente cantar flamenco, soy absolutamente incapaz de hacerlo. Es un color más que he querido poner en el disco".
Un disco en el que, además de canciones y rumbas, hay toques electrónicos y sonoridades country. "He querido que fuera un disco con muchos colores y formas distintas de cantar. Cada disco es un proceso vital, esta vez es un repaso por mi memoria musical, de todas las músicas que han ido pasando por mi vida. Vengo de la tradición de la canción francesa e italiana, pero he mamado cosas muy diversas, del folk a la electrónica, y todas me interesan".
Hace dos años, justo cuando estaba promocionando su anterior grabación, Joan Isaac sufrió un infarto de miocardio que le mantuvo alejado de la escena durante algunos meses. "Acababa de hacer un disco más profundo, más interno, más existencial, venía de una época oscura en la que habían muerto dos amigos. El infarto fue como un punto y aparte. Mientras estaba en la habitación del hospital sólo soñaba con que el sol me diera en la cara. El día que salí hacía un sol espléndido".
En la portada del nuevo plástico Isaac mira hacia el sol con los ojos cerrados. "Mucha gente, cuando le pasan estas cosas, lo que quiere es sólo mirar hacia el futuro y dejar de pensar en el pasado. A mí, en cambio, me generó la necesidad de recuperar sentimientos de adolescencia. Al empezar a trabajar en este disco tenía sensaciones contrapuestas, por una parte la necesidad de mirar adelante, y por otra, de recuperar la pureza y la pasión de aquellos sueños de adolescente".
Todos esos sentimientos en forma de canción se codean en el disco con una versión de Charles Aznavour (Et moi dans mon coin) y unos arreglos que buscan la simplicidad. "Huyo de las grandes producciones porque cada vez estoy más convencido de que las cosas, para ser efectivas, se han de simplificar al máximo. Si la canción de autor quiere subsistir como género, debe tener unas señas de identidad muy claras y la simplicidad ha de ser una de ellas".
Joan Isaac ha grabado, como ya hizo anteriormente, parte de su disco en Italia. "Me gusta trabajar con músicos italianos porque, en cosas de canción, siempre han ido un poco avanzados. Aquí no se conocen la mayor parte de las cosas muy interesantes que se hacen en Italia en este campo. Allí el cantautor es un tipo importante y la canción un género respetado. Aquí todavía cargamos la rémora de que la canción de autor nació en pleno franquismo y tanto los cantantes como los políticos nos aprovechamos unos de otros. En Francia o Italia no sucedió así y nadie relaciona la canción de autor con ningún tipo de dictadura. Por suerte, los jóvenes, que no vivieron el franquismo, están cambiando las cosas, y la canción, poco a poco, está reencontrando su lugar y convirtiéndose en una marca, como puede ser el jazz o el flamenco, con un público estable".
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