El último plan Recoletos aleja parte del tráfico del Thyssen

La guerra entre la baronesa Thyssen y el alcalde de Madrid ha terminado. Al menos, de momento. El último parte lo leyó el ministro de Cultura, César Antonio Molina, que adelantó ayer por la mañana en un desayuno que el Ayuntamiento y el Museo Thyssen llegaron ayer a un acuerdo para la reforma del eje Prado-Recoletos a su paso por la pinacoteca.

Junto al Thyssen sólo habrá tres carriles al tráfico, en lugar de los cinco que preveía el último plan municipal presentado en noviembre. Los dos carriles que se eliminan de ese costado de la vía pasan a la de enfrente. O sea, que desde Neptuno hasta Cibeles, del hotel Ritz al despacho del alcalde, se reduce la acera con respecto al proyecto anterior. Una decisión que convierte al plan en una gota de agua del presentado el pasado septiembre: "Son muy parecidos, sí", confirmó el regidor.

En una reunión entre técnicos de las dos instituciones la semana pasada, forzada por el ministerio, se decidió volver al anterior proyecto.

Después de meses de desencuentros muy sonados y el esbozo de hasta ocho propuestas distintas, la baronesa y el alcalde confirmaban que al plan ya sólo le falta que lo apruebe la Comunidad de Madrid. Un paso no tan sencillo como aparenta. El Ejecutivo regional, partidario de construir un túnel entre Atocha y Cibeles, exigirá planes "exhaustivos" de movilidad y medio ambiente en la zona.

El alcalde insistió ayer en que la idea del túnel está desechada. En opinión del regidor, que se apoya en un informe elaborado por la Politécnica, la construcción de un subterráneo arrasaría con todos los árboles del paseo.