Irreconocible Sevilla
El equipo de Jiménez naufraga ante un Almería que sabe lo que hace
El Sevilla tiene por lo menos dos caras. Hasta dos corazones se podría decir, aunque duela más en el club sevillano. El partido ganado al Arsenal con ardor y entrega apenas ha durado. El Almería de Unai Emery lo enterró ayer en la historia. En Almería regresó todo lo malo que padece en este curso el conjunto de Nervión. Quizá también ayer en Almería se le acabaron al club sevillano varias excusas con las que se razonaban los malos tiempos del equipo.
El Almería de Emery es un grupo bien avenido y confiado en lo que hace. Ayer fue capaz de hacer del partido lo que más le convenía. No cabe duda alguna de que la autoexpulsión de Daniel Alves -la entrada y la patada que le supuso la segunda amarilla en el primer minuto del segundo tiempo, no son justificables para un profesional hiperpagado y postulante a ganar aún más- contribuyó. Pero es que ese también es un defecto de los sevillistas, del conjunto sevillano. Su célebre fortaleza mental a la hora de encarar los encuentros ha dado paso a algo muy similar al capricho, al pronto, a la apetencia de los futbolistas. Contra algunos equipos lo bordan, mientras que medirse con otros parece llevarles a una peligrosa autogestión. Como si en esta Liga -el Sevilla fue ejemplo de ello no hace casi nada- quedaran contrincantes de los de cómeme, cómeme.
ALMERÍA 1- SEVILLA 0
Almería: Diego Alves; López Rekarte, Carlos García, Pulido, Mané (Acasiete, m. 67); Soriano (Corona, m. 53), Juanma Ortiz, Felipe Melo, Crusat; Negredo y Kalu Uche (Natalio, m. 77). No utilizados: Aitor Alcalde; Cisma, Cabrera y Ortiz.
Sevilla: Palop; Alves, Fazio, Mosquera, Crespo; Martí, Poulsen; Navas (Chevantón, m. 91), Calpe; Renato (Keita, m. 56) y Kanouté. No utilizados: De Sanctis; David Prieto, Maresca, De Mul y Koné.
Gol. 1-0. M. 86. Acasiete.
Árbitro: Fernando Teixeira. Amonestó a Rekarte, Ortiz, Melo, Crusat, Mané, Martí, Corona y Poulsen. Expulsó a Alves (m. 47).
Unos 14.000 espectadores en el estadio Nuevo Mediterráneo.
Se les acabaron a los sevillistas las excusas que manejan en los malos tiempos
La victoria le viene tan bien al Almería como mal a los sevillistas. Los de Emery suman unos puntos preciosos en su intención de dejar lo más alejado posible los puestos de descenso. Unos puestos en los que quizá no se merezca estar. Pero, lo dicho: en esta Liga no hay nada fácil... Ni tampoco nada imposible. El Almería supo contener, esperar y rematar. Fue un partido más estratégico que físico. Y Emery había trabajado más que Jiménez. O mejor.
Y es que el Almería sobrepasa en la clasificación liguera a su contrincante de ayer, por un lado orgulloso aspirante a liderar su grupo en la Liga de Campeones y por otro un equipo sin alma ni estómago para trabajarse la competición de casa. Ayer se le esfumaron muchas, pero que muchas excusas.
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