Ronaldinho y Bojan, polos opuestos

Refugiado en sus enormes gafas de sol, con su cinta en el pelo y sus auriculares, Ronaldinho, que firmó autógrafos hasta el mismo pie del avión, viajó ayer a Lyon, donde el Barcelona juega hoy contra el Olympique, consciente de que cada paso, gesto y mirada se escrutan con lupa.

Rijkaard se muestra frío y cortante al referirse al estado de forma de Ronaldinho

Puyol: "Lo que dijo Edmilson nos tiene que unir más. Hay que hablar en el campo"

La tregua parece agotarse con el gaucho, que, en vísperas de cumplir su 50º partido en Europa, se ha convertido casi en un planeta aparte en el equipo, que, pese a sus constantes turbulencias, se ha sostenido tanto en la Liga (a dos puntos del líder) como en la Champions, en la que sólo le falta un punto para alcanzar los octavos de final. Tras una trayectoria relativamente cómoda en Europa -no ha recibido ningún gol y es el equipo con más posesión de balón-, el Barça tirará hoy del brasileño, del explosivo Messi y de Bojan, un delicioso jugador de 17 años que ayer fue citado por Alain Perrin, el entrenador del Olympique, como uno de los grandes azulgrana.

El fútbol francés se llevó una gran decepción por la baja de Henry por una lesión nada grave en la espalda que le sobrevino el sábado tras un choque con un jugador del Recreativo. Su ausencia es un alivio para el Olympique y quizá para el propio delantero, una sombra del que fue en el Arsenal. Máximo goleador de la historia del fútbol francés, el distante Henry se ahorrará el juicio severo de sus compatriotas de la misma forma que Ronaldinho se borró ante el Recre por fatiga. Son así las cosas en un club cada día con más aroma galáctico y en el que la frescura de un niño como Bojan es una bendición. Feliz y dicharachero, está a un paso de hacer historia si, como ante el Alcoyano y el Recre, marca: con 17 años y 90 días, desbancaría al ghanés Oforiquaye, el goleador más joven de la Champions con 17 años y 191 días.

No es una quimera porque Frank Rijkaard aseguró que Bojan tiene "bastantes" posibilidades de ser titular al tiempo que explicó que las molestias de Henry son lo suficientemente serias para que no esté en Lyon. Fue igual de frío con Ronaldinho: "Creo que está bien. Pero hay un entrenamiento. Es mejor esperar". Si el ambiente del Barça se pudiera medir por las palabras del técnico, ayer se habría podido cortar con tijeras. No se sabe si influyó o no el nombramiento de un vicepresidente deportivo, Marc Ingla. Rijkaard respondió con sequedad y monosílabos. Dijo en Getafe que debería pensar soluciones para paliar los malos resultados a domicilio. Cuando se le preguntó por ello, replicó: "¿Cómo hacerlo? Ganando". Puyol se refirió a la polvareda originada por las declaraciones de Edmilson acusando a algunos compañeros de falta de profesionalidad. "El debate no es si tiene o no razón, sino que las cosas se arreglen en el vestuario", afirmó el capitán; "tenemos que hablar en el campo y las consecuencias de lo que dijo nos tienen que unir más".

Líder de la Liga francesa, el Olympique intentará, con seis puntos, apurar sus posibilidades de clasificarse. Necesita no fallar y mirar de reojo lo que ocurra en Stuttgart, donde el Rangers se juega sus últimas bazas. Pero algo se ha interpuesto en su camino: la reciente lesión de Benzema, pichichi francés con 11 goles. Si el Barça vive un idilio con Bojan, el Olympique lo tiene con este jugador, también de la cantera y a quien Abidal, formado en el Olympique, llama "mi bebé". "Hoy [ayer] no habría podido jugar. Tiene un 30% o un 40% de posibilidades de hacerlo", dijo Perrin, técnico formado bajo las órdenes de Arsène Wenger. Pese a las sombras que envuelven al gaucho, Perrin preferiría no tenerlo delante: "Hay jugadores que en la Liga pueden jugar de una forma y en la Champions dar mucho más. Puede desequilibrar en cualquier momento".