Mayo no puede ni respirar

Como diría un jugador de ajedrez, Iban Mayo está zugzwang: haga lo que haga, le va a ir peor, lo que ya parece de por sí complicado, visto cómo no ha podido volver a subirse en una bicicleta con dorsal desde el Tour de Francia. Y ni siquiera la utopía del ajedrecista, la de que le dejaran pasar el movimiento para que la jugada del rival le liberara, podría salvar al ciclista vizcaíno, víctima directa de su control positivo por EPO en la última grande boucle e indirecta de la guerra abierta entre la Federación Española y la Unión Ciclista Internacional (UCI).

Después de un par de meses de espera, el contraanálisis, efectuado con el frasco B de la orina de Mayo en el laboratorio de Gante (Bélgica), generó un resultado "no concluyente" certificado también por el laboratorio de Sidney, que tampoco pudo leer correctamente la fotografía con que concluye el análisis. La federación interpretó que tal resultado significaba que el contraanálisis no confirmaba el positivo, por lo que, siguiendo los reglamentos, archivó el expediente sancionador. La UCI, sin embargo, interpretó que el "no concluyente" significaba simplemente que el contraanálisis no ha terminado y se debe repetir el proceso, y en el mismo laboratorio en que se analizó el frasco A, el de París, hasta conseguir una imagen nítida, legible e interpretable.

El corredor, a quien archivaron el caso, niega valor legal a la nueva prueba

Y ahí está Mayo, a quien su equipo, el Saunier Duval, despidió ipso facto tras el primer análisis, anunció que readmitiría tras el segundo y está a la espera de lo que suceda en un segundo contraanálisis al que José Rodríguez, el abogado del corredor, niega cualquier valor legal y al que no asistirá para no darle carta de naturaleza. "No podemos asistir a un análisis sin cobertura reglamentaria", dice.

"Ni siquiera sabemos oficialmente si se repite o no", expone Rodríguez; "la responsable antidopaje de la UCI, Anne Gripper, nos ha enviado un par de cartas preguntándonos qué fecha nos iría bien para el segundo análisis del frasco B y nosotros le hemos contestado con más preguntas, a la que no nos ha respondido: ¿en qué reglamento se basan para mandar repetir el contraanálisis?, ¿por qué no se respetan los estándares de los laboratorios fijados por la Agencia Mundial Antidopaje?"

Si el nuevo análisis resulta negativo, no habrá más problemas para Mayo, pero si acaba en un positivo, resultado en el que no quiere pensar el vizcaíno, no tendrá escapatoria. "Para la federación", dice su secretario, Eugenio Bermúdez, "una cosa ya juzagada no se puede volver a juzgar. Así que, si la UCI nos manda reabrir el expediente, tendrá que ir al Tribunal Arbitral (TAS) para ver qué pasa". Y, aunque no se le abra expediente, aunque legalmente pudiera seguir corriendo, ningún equipo se iba a arriesgar a ficharlo, ya que, evidentemente, el laboratorio se encargaría de que se filtrara el resultado positivo, si así fuera, del contraanálisis.

Así, al corredor sólo le salvaría que no pasara nada. Pero en esta partida todos mueven.