Punto y final
España aspira a cerrar su pase ante Suecia con un partido que corone su remontada de juego y resultados
Animada por una trayectoria ascendente, la selección española acude hoy a un escenario mayor como el Bernabéu para certificar su clasificación para la Europa y, al mismo tiempo, validar su singular manera de entender el fútbol, más próxima a la estética contemporánea que a la épica de antaño. Por más rutinario que ahora parezca, tanto que hasta Luis Aragonés lo da ya por descontado, el acceso a la fase final tiene su mérito si se atiende al errático inicio del equipo en sus salidas sonrojantes a Irlanda del Norte y Suecia. Ante rivales menores, España se ha ido corrigiendo al punto que comparece de nuevo ante los suecos con todos los números a su favor para la revancha y un plan al que remitirse a corto plazo.
La victoria en Aarhus (1-3) ha reactivado el discurso de la roja de Luis, orgulloso con la reacción de su selección -"somos el mejor equipo de 2007"-, impaciente por batirse en otra fase final -"tenemos condiciones para ganar un torneo europeo"- y hasta cierto punto desafiante: "Mucha gente no se ha dado cuenta o no ha apreciado como es debido la renovación de este equipo". A contracorriente, incluso con un supervisor nombrado por la federación -Fernando Hierro- y un currículo que funciona como un baúl -las cosas de Luis-, el seleccionador ha conseguido presentarse en un escenario tan exigente con un equipo que no cuenta con Raúl, santo y seña del madridismo, y a cambio se entrega al juego de centrocampistas livianos engendrados mayoritariamente en el Camp Nou y a futbolistas con espolones como son los del Valencia. Mandan los jugones, gente de segunda línea como Xavi, Cesc, Iniesta y Silva, protegidos por el omnipresente Albelda y rematados por el buscavidas Villa, que generalmente funciona mejor solo que acompañado.
Aunque frente a Dinamarca formaron Tamudo y Joaquín, además de Albiol, el programa del partido de hoy remite al gol que Sergio Ramos marcó a los daneses, acción que retrata la dinámica española, el fútbol de toque y combinación, con los laterales acabando las jugadas, más protagonistas a veces incluso que los volantes después de que mengüen los extremos. El problema no está precisamente en el ataque, sino en la defensa, que contempla la vuelta de Puyol. A España no le van bien los equipos fuertes, de fútbol directo, buenos cabeceadores, "que hacen la peinada", como advierte Luis, y Suecia mezcla bien el juego asociativo con el intimidatorio, tiene calidad física y técnica, sobre todo si se expresa en el gigante Ibrahimovic.
El rival, que también aspira a sellar su clasificación, aumenta la grandeza del partido. La selección sueca no es fácil, obliga el Bernabéu a los dos contendientes por su capacidad de intimidación y en juego está el boleto para Austria y Suiza sin aguardar al miércoles. Más que a otro juicio sumarísimo hacia Luis, aunque falte Raúl en casa, las circunstancias invitan a poner hoy mismo el punto y final a una remontada esperanzadora con vistas a una nueva fase final ilusionante.
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