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Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

¿Qué está pasando en IU?

Durante más de tres años he desempeñado el puesto de portavoz del grupo parlamentario de IU y he trabajado, junto con el resto de compañeros y en conexión con la organización, con unos objetivos políticos muy claros: contribuir a mejorar las condiciones de vida de los andaluces, especialmente de los sectores más desfavorecidos. Siempre consideré que la elaboración del nuevo Estatuto de Autonomía ponía en nuestras manos una oportunidad de oro. La férrea oposición del PP y la negativa del PA al nuevo Estatuto nos convirtió en una fuerza clave y nos dio la oportunidad de introducir mejoras importantísimas que espero darán su fruto en el futuro.

No creo pecar de inmodestia si afirmo que temas como la renta básica, la red pública de servicios sociales, las ayudas para la vivienda y la obligación de los poderes públicos de promoverla, la atención especializada a la dependencia, la democracia paritaria y un largo etcétera, están en el Estatuto porque IU lo exigió en largas negociaciones, combinando utopía y pragmatismo. Y conseguimos, entre otros temas clave, vincular jurídicamente los derechos sociales, es decir, que puedan reclamarse ante los tribunales. Todo esto sin contar nuevos derechos económicos que empiezan a dar, tímidamente ya, algunos resultados en estos presupuestos como las inversiones o la deuda histórica.

Esta labor se ha combinado con una oposición demostrada a la política de Chaves en los temas sociales más candentes, reclamando autenticidad para la política social y demandando nuevos servicios y nuevas formas de actuación política. Con este bagaje, que es de toda la organización, creía ingenuamente que estábamos en las mejores condiciones de abordar unas elecciones autonómicas, dando a conocer nuestra gestión y con más apoyo que nunca de los movimientos sociales.

Sin embargo, bruscamente, todo este discurso se ha quebrado, ha dejado de tener valor y se ha desatado una confrontación interna con una virulencia desconocida. La dirección del Partido Comunista de Andalucía (PCA) ha tomado el control del proceso, del proyecto político y de la elaboración de las candidaturas. No es la primera vez. Desde 1996, y curiosamente iniciando el ciclo de descenso electoral continuado, el PCA viene interviniendo directamente en las decisiones más importantes. Lo diferente en esta ocasión es su afán de controlar todo el proceso, indicándonos la puerta a los que no compartimos su posición. Una parte importante de la dirección del PCE sueña con volver a presentarse directamente a las elecciones, pero debería tener la valentía de poner esta propuesta sobre la mesa en vez de erosionar la soberanía y las políticas que IU ha venido realizando en los últimos tiempos.

La mitad de los afiliados a IU no pertenecen al PCE y muchos de los que sí pertenecemos no compartimos el ninguneo a los métodos y a la democracia interna. Porque IU no necesita ser controlada, ni tutelada, sino todo lo contrario, lo que necesita es abrir puertas y ventanas a nuevas aportaciones sociales, a nuevas experiencias de los movimientos que trabajan en contacto directo con la realidad, a nuevos pensamientos de la izquierda transformadora.

No es, por tanto, una cuestión de candidatos lo que se está dilucidando, es el propio proyecto de IU el que corre riesgo. Miles de personas en IU pensamos que hoy, más que nunca, es necesario este proyecto político como lugar de encuentro de todo aquello que se mueve a la izquierda del PSOE y que si IU desaparece o se minimiza, quienes pierden son todas aquellas personas que creen todavía en el cambio social o aquellos sectores más desfavorecidos que perderán su voz.

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