_
_
_
_
Entrevista:JUSTINE HENIN | Tenista 'número uno' del mundo

"El dinero pudre muchas cosas"

Justine Henin combina un talento excepcional con un cuerpo impropio de una tenista de la élite: mide 1,68 metros y pesa 57 kilos. Ha ganado cuatro veces Roland Garros, dos el Abierto de Estados Unidos y una el de Australia. Sus victorias impusieron el tenis de finta y toque frente al de las jugadoras de la era Williams, todo músculo y gimnasio. Henin recibe a este diario y se lanza a hablar en francés igual que juega: como una ametralladora.

Pregunta. No cumple con el canon de las tenistas del siglo XXI, pero le sobra convicción. ¿Eso se enseña?

Respuesta. El espíritu, la determinación, la fuerza de carácter, son cosas que no se trabajan. Desde que era una niña, todo el mundo veía hacia dónde quería ir. Estaba determinada a ser la número uno del mundo. Parecía una cosa un poco loca porque tenía siete u ocho años. Son cosas que se trabajan malamente. He conocido a un montón de gente muy talentosa que ha desperdiciado su carrera porque le faltaba temperamento. Y eso es muy importante para tener éxito.

"Quiero mostrar a los niños el valor del esfuerzo. El rigor en la educación importa"
"Soy diferente. Puedo ser enérgica, física y rápida, pero me apoyo en la técnica"
"No me molesta el glamour, pero prefiero que hablen de mípor mis resultados"

P. ¿De dónde le viene a usted?

R. No lo sé. De hecho, creo que es innato. Mis padres eran gente seria, muy determinada. Yo fui una niña normal, tranquila. Mi hermana pequeña tenía tanto talento para el tenis como yo, pero no tenemos para nada el mismo carácter. Por eso ella está mejor con sus cosas y yo con mis raquetas.

P. ¿Cuántas cosas ha sacrificado para cumplir su sueño?

R. Muchas. Ahora no tengo la sensación de haber pasado de lado por mi adolescencia, pero es verdad que, cuando mis amigas se iban a jugar juntas, yo iba a entrenarme y ya viajaba al extranjero. Lo más duro ahora es estar lejos de los que quiero. De hecho, me debo sacrificar más ahora que en aquella época. He crecido, pero tengo la necesidad de estar con los que quiero y eso no es nada fácil con todos estos viajes. Lo más difícil es estar lejos de lo que me es cercano.

P. Este año habrá echado mucho de menos a los suyos. Se ha divorciado, se ha escrito sobre su miedo al cáncer, que se llevó a su madre...

R. Ha sido un año difícil que he gestionado extremadamente bien. Ha hecho falta que siempre estuviera a la búsqueda de mi equilibrio. Eso no es fácil. Me he separado y eso es un gran cambio en mi vida, un cambio que no es fácil de gestionar. He salido bien de eso. Me han pasado muchas cosas y siempre he mantenido la sonrisa. Los resultados me han seguido.

P. Sobre la pista tiene instinto asesino. También parece fría.

R. Para mí, el tenis es trabajo, trabajo. Me da placer, pero es mi trabajo. Creo que el público me percibe mucho mejor hoy porque soy más abierta, más natural, más yo misma. Siempre estoy muy centrada, muy concentrada. Eso no quiere decir que no esté feliz por dentro, que no sienta placer, pero lo muestro de manera diferente.

P. Su biotipo de jugadora está en extinción.

R. Soy diferente de la mayoría de las jugadoras. También puedo ser enérgica, rápida y física, pero creo que juego mucho más apoyándome en las variaciones, los cambios de ritmo y la técnica. Lo he trabajado mucho. Muchas no hacen más que jugar, jugar y jugar. Yo intento mirar las cosas a nivel técnico, lo que voy a hacer, lo que me da un estilo un poco diferente.

P. ¿Cuál es su receta?

R. Lucho con mi velocidad, lucho con mi anticipación y mi inteligencia de juego. Es bueno tener esta posición mestiza. Al público le encanta.

P. Pero el público prefiere a Maria Sharapova o Ana Ivanovic. Cuando llega usted a cualquier ciudad, ve carteles de ellas y no suyos. ¿Qué piensa del tenis glamour?

R. No me molesta. Prefiero que hablen de mí por mis resultados. Lo mío es el deporte, la competición. Por eso estoy aquí, no para que se den la vuelta cuando paso. Eso [el glamour] forma parte del juego. Me divierte y es mejor tomárselo así. Creo que está bien que haya diferentes estilos de personalidad.

P. El glamour forma parte del márketing del tenis. ¿Qué piensa de todo el dinero, los contratos y la publicidad que le rodea?

R. El dinero ha podrido muchas cosas, seguro. De manera general, hay muchos conflictos de interés. No olvido que he tenido la suerte de ganarme bien la vida. Soy muy feliz, pero también estoy aquí porque me gusta, porque me encanta jugar, batirme sobre una pista de tenis, que es algo que te da muchas emociones. El dinero no es un motor para mí. Evidentemente, te facilita la vida, ayuda enormemente, y tengo plena conciencia de mi suerte por poder vivir de esto, pero tampoco me olvido de que eso no te da la felicidad. Lo importante, al final, es la familia y la gente de la que has decidido rodearte. Crear un clan.

P. Algunas familias convierten a sus hijos en profesionales desde que tienen cinco años.

R. Cuando uno es joven, no debe olvidar que el tenis es un juego. Lo es incluso a mi edad. Cierto; según pasa el tiempo, uno es cada vez más profesional. Creo que el rigor juega un papel importante en la educación, pero no se puede olvidar que a los niños hay que dejarles disfrutar y tomar las nociones del juego.

P. ¿Cómo fue su infancia?

R. Yo era seria y responsable. Mis padres me ayudaron mucho en ese sentido. No tenía una troupe a mi alrededor. Me apoyaron. En mi casa, la educación era importante. Mi madre era profesora. En la escuela me hacían trabajar bien. Una cosa no quita la otra. Había que divertirse al mismo tiempo que dar el máximo. Fui una niña que, en cualquier cosa, aunque fuera en el deporte, se divertía y lo daba todo. Si eso ha cambiado, en mi opinión, es por los padres.

P. Ahora es usted embajadora de la Unesco.

R. Mi rol se centra en la lucha contra el dopaje y la transmisión de los valores éticos en el deporte. El fair play. Quiero mostrar a los niños el valor del esfuerzo. Tengo la responsabilidad de ser un ejemplo.

P. Hay tenistas que la señalaron como la única mujer capaz de jugar como ellos. ¿Tanta diferencia hay?

R. Sí. Físicamente, hay una diferencia enorme. También a nivel emocional. No reaccionamos para nada parecido. Las mujeres, quizás, se hacen más preguntas, tienen más dudas. Los hombres hacen su trabajo y no se hacen preguntas.

Justine Henin, durante la final de Roland Garros.
Justine Henin, durante la final de Roland Garros.associated press

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_