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Reportaje:

El maratoniano goleador

Sergio Ramos, el más resistente del Madrid, ya mejora el promedio anotador de Roberto Carlos

Eleonora Giovio

A Sergio Ramos sólo le falta ponerse un mantel rojo como el de Superman. El chico de Camas es incansable. Si fuera por él, hasta jugaría de mediocentro. A Bernd Schuster no le parece buena idea -"que se olvide de ello", dijo después del partido contra el Deportivo- pero hasta el técnico alemán, que no suele hablar de individualidades se rindió ante la excelente temporada del lateral derecho. Los preparadores físicos del club lo han calificado como una "fuerza de la naturaleza", un verdadero fuera de serie.

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Y eso que tiene sólo 21 años, dos menos de los que tenía Roberto Carlos cuando fichó por el Real Madrid hace más de una década. Y mientras los expertos debaten sobre si Marcelo será capaz o no de destronar a su compatriota en el lateral izquierdo, Sergio Ramos se ha impuesto a los dos. Después de tres campañas en el Madrid ha batido el promedio de goles por partido que llevaba Roberto Carlos, un adicto al área de los rivales. El brasileño marcó 46 goles en 370 partidos de Liga -0,12 por partido- y el español 12 en 76 encuentros -0,16 por partido-.Fabio Cannavaro no se sorprende ante la capacidad goleadora de su compañero de reparto. "Tiene una fuerza y una calidad técnica increíble y si sigue así será uno de los mejores defensas del mundo. ¿Que si puede jugar de medio centro? Tendría futuro hasta de delantero, a él le gustaría meter goles todos los días", declaró en una entrevista al diario As. Incluso Schuster ha alabado públicamente al español. Lo hizo despúes del partido contra el Deportivo en el que Sergio Ramos tuvo que jugar de central debido a las bajas de Cannavaro y Pepe. "Nunca había visto a un jugador con tantas virtudes. Es un portento físico. No se cansa nunca y si tiene que subir a recorrer la banda en el minuto 90 lo hace sin problemas. Todo lo que sea necesario para ganar lo hace".

El pasado miércoles en Mestalla marcó su tercer gol en lo que va de Liga y Schuster decidió darle un poco de descanso por primera vez esta temporada -para el técnico es uno de los pocos intocables junto a Casillas y Raúl-. Le ahorró los últimos veinte minutos del encuentro.

"Todos necesitan descansar. Cuanto más juegues más riesgo de lesionarte tienes. Pero, la capacidad de recuperación que tiene Sergio es impresionante. Le ayuda la edad, es cierto, pero no hay que olvidar que su posición en el campo requiere un esfuerzo superior a todas las demás. Y para él, es como si nada...", explica Walter di Salvo, preparador físico del Madrid. El italiano también está asombrado por las calidades físicas del lateral derecho. Según sus datos este tipo de jugadores corre unos 11 kilómetros por partido. "Es una fuerza de la naturaleza, comparable sólo con Roberto Carlos, Ronaldo en su mejor época y Wayne Rooney. Este año se ha salido: he comparado todos sus datos de fuerza, velocidad y potencia de los años anteriores y se ha superado en todos los parámetros", comenta.

¿Cómo dosificar entonces a un jugador imprescindible para Schuster? Para Di Salvo hay una única solución. "De vez en cuando se le puede poner de central. Es como una pequeña recuperación para él porque los centrales corren casi un kilómetro y medio menos por partido que los laterales y la exigencia física es menor".

Sergio Ramos celebra su gol, el tercero del Madrid en Valencia.
Sergio Ramos celebra su gol, el tercero del Madrid en Valencia.AFP

Un arranque de récord

Quedan muy lejos los cien días de margen que pidió Fabio Capello la temporada pasada para poder construir desde cero al Madrid e intentar desarrollar un estilo de juego que ni por asomo se acercó a las perspectivas de su presidente. Bernd Schuster se sentó en el banquillo de Chamartín sin colgar el cartel de "equipo en construcción", pero sí precedido de una proclama de Ramón Calderón. "Quiero que el Madrid alcance la excelencia", dijo el día en que presentó al técnico alemán. Hasta el partido de Valencia, excelencia hubo frente al Atlético, un periodo en Vila-real y algunos tramos ante el Werder Bremen. Lo que sí resultan incuestionables son los números. Y es que en Chamartín no recordaban un arranque tan bueno desde hace 16 años. Fue en la campaña 1991-92, cuando en el banquillo blanco estaba sentado Leo Beenhakker. Después de diez jornadas el Madrid sumaba 19 puntos (la victoria todavía se premiaba con dos), tras ganar nueve partidos y empatar uno. El conjunto del holandés llevaba 25 goles a favor y 5 en contra. El Madrid de Schuster va por el mismo camino. Aunque perdiera en Montjuïc contra el Espanyol, suma 25 puntos, ocho victorias y un sólo empate (en Valladolid). En el curso 91-92 el Madrid de Beenhakker acabó ganando la Liga. Schuster, por ahora, es cauto. Dice que hay que trabajar más.

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Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

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