Salvemos Corrubedo

Informaba este diario el pasado domingo de los planes de la Xunta de Galicia para autorizar tres piscifactorías y una planta depuradora en ese paraíso natural que es Corrubedo. Bienvenida sea la información sobre un asunto para el que hasta ahora sólo se podía acceder a través de los medios y opiniones alternativas en Internet.

Obviamente esa contrainformación está gestionada por los colectivos directamente afectados en la zona, que agrupan a gentes del mar y defensores del medioambiente. Sería ciertamente perverso aplicarles a estas iniciativas el sanbenito de retrógradas frente al progreso y el egoísta principio de "sí, pero no en mi patio", porque lo que está en juego en Corrubedo, además de la necesidad de preservar la integridad de su ecosistema único y protegido, es todo un modelo de crecimiento económico, de gestión del territorio y de explotación de nuestros recursos naturales.

Corrubedo son las dunas, los arrecifes y la actividad de cientos de marineros y mariscadores que ven peligrar su ya difícil medio de vida. Lo que defiende la Plataforma Medioambiental, que canaliza las reivindicaciones y movilizaciones, no es la negativa absoluta a ese tipo de instalaciones y actividades. Claro que entienden la necesidad de depurar las aguas fecales, pero proponen un tamaño y ubicación más razonable para la depuradora en cuestión.

Son gente de mar, que defendieron de forma épica su litoral frente a la peste negra del chapapote del Prestige y saben que la acuicultura está en la base del futuro de la actividad pesquera, pero quieren piscifactorías en tierra, en su entorno pero en tierra, y que sirvan para que los propios trabajadores de la zona asuman iniciativas empresariales y puedan crear cooperativas.

Detrás del asunto no dejan de estar las insidias políticas habituales de las instituciones implicadas. La actual Xunta tuvo que rectificar un plan aprobado por la Xunta anterior, ya en su período de gobierno en funciones. Pero en el origen del problema hay que remontarse a las llamadas demarcaciones LIC (lugares de interés comunitario) y a la propia Red Natura.

Por si fuera poco, en la decisión final de la instalación de la depuradora tiene que intervenir el Ayuntamiento de Ribeira, de mayoría del Partido Popular y con muy mala comunicación institucional con el Gobierno actual de la Xunta, mientras que todos tienen que afrontar una más que probable sanción de la Unión Europea por negligencia en el tratamiento de aguas residuales. La mayor novedad de la cultura política y civil de Galicia en los últimos años es la puesta en valor del territorio.

Hay un gran consenso social sobre lo estratégico de este debate, que afecta a la defensa de la costa (Prestige y prohibición en vigor de construir a menos de 500 metros del litoral), la defensa del monte (estado de opinión generalizado contra los incendios forestales) o la política energética (polémica sobre la ubicación actual de Reganosa), pero nadie dijo que fuese fácil instrumentar un discurso coherente e integrador que afrontase esa "nueva frontera". Lo que sí está claro es que la vía no es la falta de diálogo y de información, sino todo lo contrario. El peor camino en esa dirección es la demagogia. No debe asustar a la Xunta el tomar decisiones con rigor, diálogo, racionalidad e información.

Cuando al principio de su mandato se desbarató la pretensión de la empresa Pescanova de establecer una piscifactoría en Touriñán y decidió trasladarla a Portugal, fuimos muchos los que entendimos que Galicia está actuando, por fin, como un país moderno. La gran piscifactoría proyectada se fue a contaminar en donde les dejaron y encontraron mano de obra barata. Los beneficios de esa actividad en Portugal engrosarán, sin embargo, la cuenta de resultados de una compañía gallega.

El próximo día 4, domingo, se ha convocado una gran marcha en Corrubedo para frenar el desastre y racionalizar el plan acuícola. Yo voy a estar allí y además me gustaría seguir informado a través de este periódico y de todos sobre este decisivo asunto, igual que se nos informa a través de altermundo.org.