_
_
_
_

La UEFA sanciona con dos partidos a Dida por simular una agresión

Eleonora Giovio

Los reyes para Dida han llegado con antelación. El portero del Milan recibió ayer un gran regalo de la UEFA. El Comité de disciplina decidió sancionarle sólo con dos partidos por los hechos ocurridos en Glasgow hace dos semanas. El Celtic, en cambio, tendrá que pagar una multa de 35.760 euros por "falta de organización y conducta inapropiada de los aficionados". Para el Milan, no se ha tratado de un regalo. Es más, el abogado del club, Leandro Cantamessa, ha calificado la sanción de "excesiva" y ha anunciado que será recurrida.

El pasado día tres, durante el partido de Liga de Campeones entre el conjunto italiano y el escocés, un espontáneo invadió el campo en el minuto 92 cuando el Milan acababa de encajar el segundo gol (2-1). El intruso se acercó a Dida y le tocó levemente la cara. Éste intentó primero perseguir al invasor, y luego se desplomó como un saco de patatas. Salió del césped en camilla y con una bolsa de hielo en la cara. Su intención parecía clara: lograr que al Celtic le dieran el partido por perdido.

La escena irritó a Silvio Berlusconi, dueño del Milan. El jugador no fue multado, siguió en el once titular en Liga y ni siquiera se le exigió que compareciera en rueda de prensa para pedir disculpas. Adriano Galliani, director general, fue quien exigió mantener el silencio. Anteayer declaró que él no era médico sino administrador delegado y recalcó que el cuerpo técnico del Milan no había exagerado pidiendo la sustitución del portero en Glasgow: "Si el médico dijo que sufría mareos, no había alternativas, había que cambiarle".

Los mareos parecen haberse convertido en la línea de defensa del club lombardo. "Algo sufriría... y si se ha decidido no castigar al Milan como club es porque esos mareos eran verdaderos", explicó ayer Cantamessa. "Es una sentencia muy poco equilibrada. Ahora resulta que Dida se ha convertido en el protagonista cuando lo era el que invadió el campo. Hay una falta de lógica tremenda", añadió el abogado del Milan.

En el único antecedente en la historia del fútbol, la FIFA suspendió de por vida a Ricardo Rojas, portero chileno que en 1989 se autoinfligió un corte en la cara con un bisturí durante un partido de clasificación para el Mundial de Italia 90. Logró que el partido se suspendiera al decir que se lo habían hecho los hinchas rivales al lanzar una bengala. No volvió a jugar al fútbol.

Un aficionado del Celtic de Glasgow saltó ayer al terreno de juego cuando su equipo marcó un gol al Milan y tocó en la cara al guardameta Dida. El equipo escocés podría ser sancionado, pero también el portero si se interpreta que fingió una agresión.Vídeo: CNN+

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Eleonora Giovio
Es redactora de sociedad especializada en abusos e igualdad. En su paso por la sección de deportes ha cubierto, entre otras cosas, dos Juegos Olímpicos. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS; ha sido colaboradora de Onda Cero y TVE. Licenciada en Ciencias Internacionales y Diplomáticas por la Universidad de Bolonia y Máster de EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_