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Reportaje:Ciclismo | Mundial en Stuttgart

"Cuando no se puede, no se puede"

Los corredores españoles y el seleccionador justifican el resultado con "la falta de fuerzas"

La selección española llegó a Stuttgart convencida de que podía lograr la cuarta medalla de oro para Óscar Freire o la primera para Alejandro Valverde, dependiendo de la carrera. Al final, el autocar prestado por el equipo Caisse d'Épargne se llenó de desilusión mal disimulada camino del hotel. "Teníamos motivos para las expectativas creadas, para el optimismo, pero, al final, los que tenían que estar delante no han podido. Nos faltaron fuerzas", resumió Paco Antequera, el seleccionador. Mientras tanto, a pocos metros, Italia festejaba el triunfo de Bettini, Carlos Sastre, señalado como capitán de ruta de la selección, daba su contundente versión: "Cuando no se puede, no se puede". Así de simple, así de sencillo.

"Hice lo que debía. Si hubiera seguido a Bettini, me habría dejado", explica Freire
"Hemos currado de lo lindo para nada", concluye Sánchez, primer español: séptimo
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La victoria de la rabia

Valverde no pudo estar delante cuando atacó Bettini porque, según explicó tirado sobre el primer asiento del autocar, a falta de vuelta y media le entró la pájara. Puede que, como dijo alguien en el box de España, al final de meta, lo que le pasó factura al murciano fue haberse entrenado durante el último mes bajo la presión de no saber si el TAS le autorizaría a correr o no en Stuttgart, pero podría ser que Antequera llevara razón y que lo que le faltó a Balaverde fueran días de competición.

"Tenía que haber corrido la Vuelta a Polonia por lo menos para llegar a punto", aseguró el responsable del equipo. Antequera reconoció que, mediada la carrera, empezó a intuir que el Mundial no iba a caer en su cesto: "Bajaban Purito y Florencio al coche y me avisaban con la cabeza de que las sensaciones por arriba no eran precisamente buenas". En su opinión, Freire abandonó demasiado pronto en la Vuelta a España y eso, ayer, le pasó factura.

Óscar Freire recibió noticias de Antequera durante la carrera a través de terceros, pues el tricampeón del mundo decidió ayer correr sin pinganillo. Tampoco lo necesitaba. "Tenía muy claro lo que tenía que hacer para ganar el Mundial, pero esta vez no ha salido bien", se lamentó. Reconoció que las sensaciones fueron a mejor durante la prueba y que llegó a la última vuelta "perfecto". Sin embargo, atacó Bettini y calculó mal. "Hice lo que debía porque, si le hubiera seguido, me habría dejado", aseguró Freire, a quien no le faltaron fuerzas, sino apoyos; "Triki tuvo que tirar solo para coger a los escapados. Pedí ayuda a los australianos y a los alemanes, y no quisieron echar una mano".

El líder de la selección tuvo palabras de elogio para sus compañeros y reconoció su capacidad de trabajo. "Se ha controlado bien la carrera y no era fácil. Pero, al final, Bettini ha estado fortísimo", cerró antes de asumir que terminó "esprintando para nada". Ganó su sprint, terminó el 14º y se marchó con la sensación de que, si hubieran llegado a conectar, se habría llevado una medalla. Pero ganó Bettini, que ya piensa en Varese 2008, donde Freire tendrá otra oportunidad de convertirse en el primer ciclista que gana cuatro títulos mundiales.

Samuel Sánchez, que sí entró al ataque final del italiano en el inicio de la última vuelta, dejando a Óscar Freire con la única compañía del Triki Bertrán, explicó después que no pudo llegar con los cinco primeros porque le cortó Boogerd. Sánchez acabó el séptimo y fue el español mejor clasificado. Triste gloria para quien subió al autocar mascullando: "Hemos currado de lo lindo para nada".

Óscar Freire, ayer en Stuttgart.
Óscar Freire, ayer en Stuttgart.REUTERS

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