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Crónica:Fútbol | Quinta jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna recobra el aliento

El conjunto de Ziganda, que sólo había anotado un gol en el campeonato, baila al Levante

Entre desamparados, a veces las diferencias la marcan las ganas. A Osasuna se le había acusado de equipo sin hambre, conformista. Al Levante se le había criticado por su juego estático, temeroso y poco contundente. El cuadro navarro exhibió ayer esa ambición en un duelo entre dos conjuntos necesitados. Los de Abel, en cambio, no pudieron quitarse sus sambenitos pese a unos tímidos intentos en la primera mitad. En cuanto Osasuna se encendió -para eso necesitó sufrir la lesión de Delporte, ser igualado y abstraerse en el vestuario-, los levantinos se transformaron en un juguete.

Antes, durante los primeros minutos, hubo más agarrotamiento que ganas de agradar. El Levante de Abel, poco fluido a excepción de la banda izquierda, por donde surgió un disparo al palo de Pedro León, se medía a un conjunto mojigato, al mismo que dio una pobre impresión en La Romareda.

OSASUNA 4 - LEVANTE 1

Osasuna: Ricardo; Izquierdo, Miguel Flaño, Josetxo, Corrales; Juanfran (Vela, m. 81), Puñal, Javi García, Delporte (Plasil, m. 27); Pandiani y Portillo (Héctor Font, m. 70). No utilizados: Elía; Cruchaga, Dady y Azpilicueta.

Levante: Storari; Manolo, Bruno, Serrano, Rubiales; Ettien (Juanma, m. 72), Miguel Ángel, Berson (Viqueira, m. 60), Courtois (Riganó, m. 57); Pedro León y Geijo. No utilizados: Kujovic; Robusté, Descarga y Tomassi.

Goles: 1-0. M. 32. Pandiani cabecea un gran pase de Izquierdo. 1-1. M. 34. Duro disparo de Ettien desde el borde del área. 2-1. M. 52. Pandiani, otra vez a pase de Izquierdo. 3-1. M. 58. Juanfran. 4-1. M. 77. Javi García.

Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Rubiales, Ettien, Berson y Puñal.

15.405 espectadores en el Reyno de Navarra.

Pero los leones también se desperezan. Gracias a la movilidad de Portillo y a la garra de Pandiani y Juanfran, Osasuna, que sólo había anotado un gol, se liberó de sus ataduras. Además, Delporte colaboraba por la izquierda con penetraciones continuas. Sin embargo, lo del francés ya resulta increíble: otra lesión muscular obligó a su cambio. La reacción de sus compañeros fue inmediata, como espoleados por la desgracia; primero Puñal, con un libre directo de libro, y a renglón seguido Pandiani, con un cabezazo a las mallas, vengaron el infortunio del galo.

El encuentro ya era otro, más divertido y con ese equilibrio inestable que suele regir los choques entre conjuntos más pródigos en los errores que en los aciertos. Ettien empató apenas dos minutos después, con un disparo que se coló entre la maraña de defensores rojillos. En esos minutos de testosterona, de fútbol ansioso y desinhibido, Juanfran pudo devolver la ventaja a Osasuna, pero erró en el disparo final tras galopar por el ala derecha.

El equipo de Ziganda no se olvidó de esta fórmula de hombría tras el descanso. Aprovechando el estado de forma de la banda derecha, Osasuna comenzó a golpear. Primero Plasil, con un remate a bocajarro que Storari sacó milagrosamente. Acto seguido, Pandiani, tras otra gran conexión con el lateral Izquierdo, encontró de nuevo el camino del gol. El baño de plomo parecía suficiente, pero, sin tiempo para la reacción granota, un gran eslalom de Plasil -acompañado por la ley de la ventaja decretada por Daudén Ibáñez-, permitió que Juanfran certificase el dominio de Osasuna en la segunda mitad.

El Levante bajó los brazos y, a excepción de algún latigazo lejano, se limitó a pulular ante un plantel crecido y con hambre de goles, que se cerró con un tanto de Javi García tras una mala salida de la defensa valenciana.

Storari se lamenta tras un gol.
Storari se lamenta tras un gol.EFE
Pandiani celebra uno de sus goles.
Pandiani celebra uno de sus goles.EFE

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