Ronaldinho, otra vez al banquillo

Henry jugó ayer de Eto'o, muy en punta, y Ronaldinho regresó al costado izquierdo y Messi, tras su lesión en Pamplona, volvió a la orilla derecha. Triunfó el argentino, por fin goleó el francés y el brasileño de nuevo fue retirado por Rijkaard. La temporada pasada casi habría sido un sacrilegio ver al brasileño sentado en el banquillo, pero parece que ahora las cosas caen por su propio peso. Rijkaard ya sustituyó a Ronaldinho ante el Athletic, el día que había marcado dos goles (de falta y de penalti) y que estaba especialmente motivado porque su hijo João estaba en la grada. Pero aquel cambio no cuestionaba la jerarquía de Ronaldinho; sin embargo, parece que están llegando otros tiempos. No le sentó bien esa sustitución al brasileño, pero encajó bastante peor la del domingo pasado en Pamplona cuando Rijkaard le retiró en el minuto 65 con 0-0. Si su cara en el Reyno de Navarra fue un poema, Ronaldinho encajó ayer desolado la sustitución cuando quedaba casi media hora por Iniesta. Pese a que sonaron silbidos, el Camp Nou arropó mayoritariamente a Ronaldinho. Con su cinta en el pelo, las cámaras de televisión enfocaron después al gaúcho sentado en la segunda fila del banquillo, con un gesto profundamente triste, aunque después aplaudió el gol de Messi y el de Henry. "El fútbol es un trabajo colectivo. Y hay que felicitar al equipo y a los jugadores, e incluso a los que he cambiado", afirmó Rijkaard. Feliz, Laporta, presidente del Barça, añadió: "Ronaldinho es un jugador magnífico. Que lo haya cambiado el técnico se acepta. No pasa nada".