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Reportaje:

Condoleezza es así

La vida de la fiel colaboradora de Bush, en un libro

Yolanda Monge

A la secretaria de Estado norteamericana se la conoce en los círculos políticos y académicos de Washington como la "doctora Rice", por su carrera académica en Stanford. Esta mujer de 54 años, nacida en Alabama, ha estado junto al presidente George W. Bush desde los tiempos en que hacía campaña contra Al Gore. Era asesora en seguridad nacional cuando se invadió Irak y secretaria de Estado cuando Israel arrasó Líbano el año pasado, ante la impasibilidad de Estados Unidos. Pero la doctora Rice nunca ha recibido las críticas que han llevado a la dimisión a otros miembros de la Administración de Bush, como Donald Rumsfeld o Alberto Gonzales.

¿Por qué esta complacencia con la secretaria de Estado? El corresponsal diplomático del diario The Washington Post Glenn Kesler intenta analizarlo en su libro, The Confidente. La respuesta de este analista es que a pesar de que Rice no dejará un buen legado como jefa de la diplomacia estadounidense, la imagen y las amistades las ha trabajado mucho.

Kelser cuenta cómo el equipo de Rice cuida al detalle dónde da conferencias de prensa, cómo se viste, dónde se sienta, qué preguntas admite. Y lo más importante: dejar bien claro que es "una mujer afroamericana en un mundo de hombres blancos de mediana edad". Ella juega la carta racial muy bien. Según cuenta Kesler, una mujer le cuestionó una vez su compromiso con la población negra. "No necesito que nadie me venga dando lecciones sobre sensibilidad racial", dijo. "Yo he sido negra toda mi vida".

El libro también comenta de pasada aspectos de la vida personal de Rice que poco tienen que ver en sus decisiones políticas. Explica las duras horas que Rice pasó tras la muerte de su padre en 2004, días después de jurar como secretaria de Estado, y de cómo hace tiempo compartía una casa en propiedad y un crédito con la directora de documentales Randy Bean. Estas afirmaciones han dado pie a rumores sobre una relación lesbiana, ante los que Rice siempre se ha defendido con elegancia. Hace poco estalló y dijo a The New York Times: "Pensé que estaba bien ser soltera. Pensé que estaba bien no tener hijos. Y pensé que se podían tomar buenas decisiones aunque fuera soltera y sin hijos".

Condoleezza Rice, ayer en un acto en la Casa Blanca.
Condoleezza Rice, ayer en un acto en la Casa Blanca.AP

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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