"Me desespera lo lento que progresa la tecnología musical"

Javier Navarrete (Teruel, 1956) fue candidato al Oscar por la música de El laberinto del fauno. El compositor respondió a Ciberp@ís desde París, donde graba la música de Su Majestad Minor, de Jean-Jacques Annaud. "Hay orquesta y solistas de algunos instrumentos exóticos como la flauta de pan, la lira y el duduk. Antes de venir a París también grabamos una cobla, formación de las sardanas".

Pregunta. ¿Desde cuándo emplea ordenador?

Respuesta. Desde 1988. Un par de años antes tuve un secuenciador que se conectaba a un monitor de televisión, una especie de ordenador primitivo. Mi primer ordenador fue un Atari, instrumento mítico en la historia de la música electrónica. Después, en 1992, pasé a Mac, y con ellos sigo.

P. ¿Cuáles usa ahora?

R. Tengo un Mac G5 y un MacBook Pro. Prácticamente solo les conecto una tarjeta de sonido externa que a su vez va conectada a un teclado controlador. Además de los monitores y la impresora. Para el portátil tengo también un disco duro externo.

P. ¿Es difícil manejar los programas para componer?

R. Utilizo Logic y Cubase, armados de diversos plugins. Me resultó sencillo, porque su interfaz se basa en la lógica del magnetófono, y en la de la partitura, o el rollo de pianola según como lo mires. Estoy satisfecho de ambos, aunque Logic se podría mejorar en ergonomía y compatibilidades, y Cubase en gráficos.

P. ¿Cómo le mandan las películas para que trabaje?

R. La única manera de estar actualizado es vía ftp, que también uso para subir mis maquetas y que se las descarguen los montadores, sonidistas...

P. ¿Le ha producido muchos disgustos la tecnología?

R. Algunos. El más sonado fue cargarme la música de una película tratando de hacer un back-up, cuando llevaba un mes con ella y me faltaba otro para grabarla. Tuve que reconstruirla como pude de memoria.

P. ¿Le gusta estar a la última en tecnología?

R. En mi pequeña escala sí. Es asombroso y desesperante lo despacio que progresa la tecnología en el terreno musical. MIDI, el protocolo de conexión entre instrumentos musicales electrónicos, lleva inalterado desde que salió, hace 20 o 30 años.