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Reportaje:Eurobasket | Grupos B y D

Club Baloncesto España

La selección absoluta y las inferiores logran éxitos en todos los frentes a base de involucrar a los jugadores y potenciar su talento

Robert Álvarez

"Mi sistema es éste", pregonan algunos entrenadores y seleccionadores. Esa frase, muy común especialmente en el caso del fútbol, está hoy en día absolutamente desterrada en las distintas selecciones españolas de baloncesto. El método está por encima de si está uno u otro entrenador al frente, como se ha demostrado a lo largo de los últimos años, en los que se han sucedido los responsables técnicos de la selección absoluta, desde Lolo Sainz pasando por Javier Imbroda, Moncho López y Mario Pesquera, hasta llegar a Pepu Hernández. "Aquí hay nueve o diez jugadores fichados. Para nosotros es como si estuviesen en nómina, algo que no sucede siquiera en muchos clubes", cuenta Ángel Palmi, el director técnico de la Federación Española de Baloncesto (FEB); "los jugadores saben que los pueden elegir o no, pero ninguno se siente invitado. Son parte de la selección y saben también que el trabajo táctico está al servicio del talento de los subordinados".

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El caso de Jorge Garbajosa ha expresado hasta qué punto se involucran los jugadores en la selección. Su deseo por enfundarse la casaca roja le ha servido para recuperarse a tiempo de una grave lesión y para superar los recelos y las exigencias de su equipo, los Raptors de Toronto. Su actitud es similar a la de Pau Gasol, que siempre ha dejado muy claro a los Grizzlies de Memphis que, pase lo que pase, cada año se reserva un tiempo para competir junto a sus colegas españoles. Y así se podría continuar desde Jordi Trias, dispuesto a trabajar más de un mes a las órdenes de Pepu pese a saber que podía quedar descartado en el último instante, hasta los adolescentes que despuntan y entran en la órbita de las selecciones ahora ya a partir de los doce años. "Yo, cuando era pequeño, no era ni del Barça, ni del Madrid, ni del Joventut, sino de la selección española", suele decir Garbajosa. Nada que ver con lo que sucede en otras selecciones, en las que las deserciones son constantes, o en otros deportes profesionales.

No hay más secreto que un metódico trabajo. La FEB ha creado una estructura en la que se prima la tutela, la expresividad y el compromiso del jugador. En función de ello, ha desarrollado ese método que está produciendo resultados espectaculares. Es evidente la trascendencia de la aparición de talentos como Pau Gasol y compañía. Pero nada es casual y, además del triunfo en el Mundial absoluto del año pasado, las distintas selecciones están cosechando resultados brillantes.

"El método FEB es una fórmula que ayuda a los jugadores a evolucionar y los hechos nos avalan", sostiene Palmi. Esos hechos a los que alude el director deportivo de la FEB son, por ejemplo, las seis medallas obtenidas por las distintas selecciones este verano pasado, destacando especialmente la de oro femenina y la de plata masculina en sus respectivos Europeos de la categoría sub 20.

El 90% de los jugadores que se integran en las selecciones ha pasado ya por los programas de detección de talentos y el mayor paso de calidad se produce a partir de las selecciones cadetes, en las que ya se trabaja con los mismos conceptos y el apoyo de médicos y preparadores físicos que en la selección absoluta. Los 350 jugadores que controla la federación siguen las directrices de sus preparadores físicos. Tienen un plan conjunto, pero cada jugador cuenta con un plan personalizado, físico y médico, que siguen a lo largo de todo el año. "Las tácticas de todas las selecciones se diseñan para potenciar la expresividad de los jugadores. Cada entrenador tiene sus manuales, reglamentos y códigos, pero está prohibido que apelen a que su sistema es éste o aquél. Es decir, Navarro tiene que hacer de Navarro, Rudy de Rudy y Claver de Claver, por citar algunos ejemplos", cuenta Palmi.

Además, el método de la federación cuenta con un equipo que colabora y trabaja de forma conjunta con los clubes para ayudar a los jugadores con un sólo diagnóstico, tratamiento y seguimiento a lo largo de la temporada. Además, la federación dispone de un área tecnológica que va adaptando todos los avances que se utilizan en la selección absoluta al resto de las selecciones. "El presidente [José Luis Sáez] nos dio la indicación de que no dejáramos de plantear nada que pudiera beneficiar este programa", subraya Palmi. Los jugadores compiten ya al máximo nivel mundial a partir de los doce años. La pirámide queda establecida y tiene ya nombres y apellidos destacados desde los doce campeones del mundo, además de los tres que estuvieron invitados en la concentración, Trias, Fernández y Claver; dos más que siguen la órbita del equipo de Pepu, como Raúl López y Fran Vázquez, siguiendo por Xavi Rey con la sub 20, Forcada con la sub 19, Ricky Rubio y Aguilar con la sub 18 y así sucesivamente.

"Sin talento no se puede ganar, pero sin organización tampoco se pueden conseguir estos resultados. Hemos visto resultados desastrosos de equipos con grandes jugadores que no han trabajado como equipo. Aquí todos saben cuál es su cometido. Los técnicos saben dónde tienen que estar; los jugadores, lo que tienen que hacer, y la federación conoce su territorio", resume el presidente de la FEB, José Luis Sáez.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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