El Madrid suelta lastre
Emerson llega a un acuerdo para jugar los tres próximos años en el Milan, que pagará cinco millones, la mitad de lo que pedía el club blanco
Bernd Schuster dio ayer a sus jugadores un día libre. Emerson lo aprovechó para hacer las maletas y preparar su salida hacia Italia. El Puma vuelve al calcio tras un año infernal -como él lo ha calificado muchas veces- en el Real Madrid. Ahora le espera el Milan, que pagará 5 millones por el traspaso y ha llegado a un acuerdo con el jugador para las próximas tres temporadas. Carlo Ancelloti, el técnico del club lombardo, pidió expresamente el fichaje de Emerson para reforzar su mediocampo.
Adriano Galliani, vicepresidente del Milan, voló ayer por la tarde a Madrid para firmar el contrato. Pero, antes de coger el avión rumbo, pidió hablar con Pedja Mijatovic, director deportivo del Madrid, y Ramón Calderón, su presidente, para asegurarse de que no hubiera más cambios de última hora. Mijatovic le envió por fax el contrato. Y es que Galliani ya había viajado a Madrid la semana pasada. Cenó con Mijatovic y acordaron el traspaso del brasileño. Pocas horas después, el presidente blanco bloqueó la operación. Calderón pedía 11 millones de euros, porque el Madrid desembolsó por Emerson el verano pasado cerca de 13.
El centrocampista llegó al conjunto blanco de la mano de Fabio Capello. En el calcio habían coincidido durante seis temporadas, primero en el Roma y luego en el Juventus. El técnico italiano no quiso separarse de su gregario aplicado y, cuando la Juve bajó a Segunda por el escándalo de la compra de partidos, Capello lo convenció para que le acompañara en su aventura madridista.
Sin embargo, el brasileño tuvo un año horrible. No consiguió adaptarse al fútbol español, sufrió la presión del Bernabéu -llegó incluso a pactar con el técnico no jugar los partidos en casa- y unos cuantos problemas físicos. Marcó sólo un gol en 28 partidos de Liga. El entrenador italiano le defendió durante toda la temporada, pidiendo apoyo y paciencia a la afición y negando que Emerson hubiera llegado a Chamartín enchufado.
La salida de Capello, en junio, significó también el fin de la relación deportiva entre el técnico y Emerson. Aún así, el centrocampista brasileño no se cansó de repetir que él tenía contrato con el Madrid y no con Capello y que, por lo tanto, no le seguiría porque quería cumplir los dos años de contrato que le quedaban con el club blanco. Así que mientras el italiano dejaba el fútbol por los micrófonos -hoy se estrena como comentarista en la RAI-, el Puma, por primera vez en siete años, empezaba una temporada sin su adiestrador.
Viajó a Austria con el resto del equipo y aseguró a este periódico que se estaba adaptando a los nuevos métodos de Schuster -de quien destacaba su carácter abierto y el diálogo con los jugadores-. Mantuvo una charla con el técnico alemán y éste le aseguró que formaba parte del grupo y que, de estar bien físicamente, tendría sus posibilidades para ganarse un puesto. Eso sí, el brasileño se mostró dispuesto a volver a Italia en el caso de que algún club se interesara por él.
Pese a las palabras de Schuster, el Puma no viajó a Coruña, con motivo del Teresa Herrera, ni a Cádiz, por el Carranza, y tampoco a Sevilla para la ida de la Supercopa. El pasado domingo no fue convocado para el partido de vuelta. En una entrevista a la Gazzetta dello Sport admitió que las cosas habían cambiado y que, "cansado de ir siempre con el cuchillo y de tantas discusiones" necesitaba un "ambiente mejor". En el Milan le esperan felices y con los brazos abiertos. Como feliz se mostró Capello, que al enterarse de la noticia declaró: "El Milan ha hecho un gran fichaje. Después de una temporada con altos y bajos, Emerson tendrá muchas ganas de revancha y al Milan le vendrá muy bien".
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